Con una rapidez casi mecánica el pequeño Franklin Zavala responde los resultados de las operaciones que le dice en voz alta su maestra y que incluyen suma, resta, multiplicación y división en un solo cálculo.

Esta habilidad mental la ha logrado tras cuatro meses de practicar con el ábaco japonés, que es un cuadro de madera con bolitas movibles que tienen valores numéricos. Está dividido por una barra horizontal que deja en la parte superior cuentas con un valor igual a cinco y en la inferior un valor a uno que se potencian según la posición. Se empieza por la parte derecha y cada columna indica la decena, otra la centena, y así sucesivamente.

Franklin es uno de los estudiantes de Aloha Mental Arithmetic, que abrió este año una matriz en Guayaquil y que también está en Loja, Yantzaza (Zamora Chinchipe), Zamora, Machala y en Pasaje (El Oro), con un total de 500 niños.

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“Fue un sueño de hace muchos años traer esta franquicia, porque es la más grande del mundo de desarrollo mental para niños, estuvimos tres años en conversaciones y evaluaciones hasta que logramos concretar la compra”, indica Diana Artunduaga, directora nacional de Aloha.

Kiran Motwani, promotora internacional de Aloha, que visitó recientemente Guayaquil, dice que con este método se trabaja para el desarrollo mental de niños de 5 a 13 años. El fin es aumentar las habilidades congnitivas tales como la concentración, memoria, imaginación, creativa.

Añade que los beneficios son resolver operaciones aritméticas con mucha velocidad y precisión, capacidad de concentrarse y atender, creatividad y capacidad de visualización, capacidad de escucha y habilidad para la observación, memoria fotográfica y orientación del espacio, autoconfianza, habilidades analíticas.

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Kiran, quien es indú, vive en España y tiene dos hijos menores que son campeones en cálculo, indica que en el aprendizaje del manejo del ábaco japonés hay varios niveles; hay uno para niños de cinco a siete años y otro para niños de ocho a trece años.

“Los primeros tienen diez niveles y tiene una duración de cuatro meses más o menos; para teminar el programa se necesitan unos 40 meses”, dice, y añade que el aprendizaje se combina con la aplicación de 65 juegos que también estimulan la concentración, y cada uno tiene un beneficio.

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“Los niños aprenden primero la parte de cómo leer los números, poco a poco les das un cálculo. Para los niños al final es un juego de fichas que les da el resultado”, puntualiza.

Aloha está en 36 países y tiene 23 años de experiencia con más de 4 millones de niños haciendo cálculos con mucha rapidez. (F)

Concentración El uso del ábaco es complementario para el aprendizaje que los chicos reciben en la escuela. No solo es matemático, sino que ayuda a desarrollar la concentración”.Kiran Motwani, Promotora de Aloha internacional