Una de las razones por las que la gente entra en deudas 'eternas' con las tarjetas de crédito puede ser porque se ha acostumbrado a pagar lo mínimo indispensable cada mes mientras se sigue consumiendo más y más, lo que hace que la cuota mínima aumente hasta que haya 'explotado' la tarjeta.

Pagar el mínimo pareciera una manera eficiente de evitar el dolor de pagar cantidades importantes de nuestro presupuesto mensual, ¡pero no lo es!. La deuda de la tarjeta de crédito sigue subiendo como la espuma.

A pesar de este dolor de cabeza, hay formas de reducir o, incluso, salir de la deuda del plástico. Y estas claves pueden, además, prevenir un futuro nuevo endeudamiento. ¿Cómo hacerlo? Sigue los siguientes cinco tips:

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1. Deja de usar tus tarjetas de crédito. Aunque se disponga de más de una tarjeta de crédito, es mejor no tenerlas al alcance por un buen tiempo. Si ya no puedes eximirte tanto, ten una sola en la billetera. Y preferible aquella que tenga la tasa de interés más baja y con condiciones ventajosas. Si usar solo una tarjeta hace posible controlar los gastos se evitan consecuencias económicamente desastrosas. Imagínate si no utiliza ninguna.

2. No dejes que la deuda siga aumentando. Seguir pagando "lo que se pueda" no es una buena decisión, porque el monto que no se cancela sigue generando intereses y consecuencias. Debes parar ese mal proceso, no dejes que la deuda aumente. Si puedes, paga más de la cuota mínima para que se vaya extinguiendo la deuda lo antes posible. ¡Y no compres más! Lo importante es que esas deudas no sigan creciendo.

3. Negociar un refinanciamiento. Es aconsejable pedir un corte actualizado para conocer los valores exactos de la deuda. A partir de entonces puedes analizar y comparar distintas alternativas para cancelar la deuda. Algunas opciones pueden ser el refinanciamiento a través de la propia tarjeta (diseña un plan de cuotas para pagar el saldo) y, como última opción, obtener un préstamo personal bancario, así paras la deuda cancelándola y puedes negociar cómodas cuotas para pagar ese préstamo. Esta opción, aunque factible, no es la más recomendable, por supuesto, ya que “un hueco no se tapa con otro hueco”. Tomar una deuda para pagar otra no ayuda mucho, simplemente genera un nuevo problema que tendrás que solucionar generando otra deuda, pero si no las sabes controlar puede llevarte a un círculo complicado de salir. Lo que se debe hacer es reducir el consumo radicalmente, dejar de usar la tarjeta y ahorrar a nivel familiar para pagar lo que más se pueda.

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4. Economía de guerra. La meta debe ser pagar la deuda. Para eso, el presupuesto familiar o personal deberá ser ajustado a su máxima expresión. Si firmaste un compromiso de pagar una cuota mensual, lo mejor es que esta sea pagada a tiempo. Así la tarjeta se paga y no se cae en otro incumplimiento aún más perjudicial.

5. Aprender la lección. Es aceptable entrar una sola vez a una deuda difícil con la tarjeta de crédito. Pero volver a incurrir en la falta puede llevarre a una espiral de deudas a largo plazo. Por eso, lo mejor es priorizar las compras y no acumular tarjetas de crédito.

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Más información: Compras con tarjeta de crédito: ¿pagos en diferido o corriente?

Como recomendación, no aceptes  muchas tarjetas de crédito. Recuerda que menos es más. Tener muchos plásticos solo aumentará los costos de mantenimiento mensuales y complicará el cumplimiento y la administración de los pagos. Dos puede ser un buen tope. (I)

Fuentes:
- Dr. Gabriel Rovayo, presidente de Codefe partner de EFQM, Bruselas; y director general de la UEES Business School.
- Dr. Alberto Acosta-Burneo, editor de Análisis Semanal