César Montaño, jurista y catedrático, se posesionó para un periodo de cinco años como rector de la sede de Ecuador de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB), en medio del respaldo de la comunidad universitaria y de la amenaza del Parlamento Andino de seguirlo desconociendo en el cargo.

A la vez, Enrique Ayala Mora dejó de ser rector tras 18 años en esas funciones. El acto de sucesión se realizó ayer, al mediodía, en la sede la universidad, en el centro oriente de Quito, y asistieron rectores de otras universidades, diplomáticos, estudiantes y políticos. Los discursos resaltaron el prestigio de la Andina y llamaron a la resistencia ante intentos de injerencia partidaria.

El antecedente: a partir del nombramiento de Montaño, en noviembre pasado, el Parlamento Andino ha concentrado sus esfuerzos –vía resoluciones y cambios administrativos– para desconocer esa elección, argumentando que no cumple con la Ley de Educación Superior ecuatoriana. Mientras tanto, el Consejo Superior que eligió al nuevo rector ha ratificado esa decisión.

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Antes del acto, en declaraciones a la prensa, Montaño defendió su posesión y reiteró que el Tribunal Andino de Justicia, que analiza el caso desde este mes, será el que resuelva el enredo legal e institucional provocado por los reclamos del Parlamento, que no solo niega su designación, sino que removió a cinco de los diez miembros del Consejo Superior, con el fin de que haya otra elección.

La intervención de despedida de Enrique Ayala contempló una breve rendición de cuentas: en 1993 la UASB tenía 53 alumnos y 3 carreras; hoy, 61 programas académicos y 2.449 estudiantes; cuenta con 71 profesores de planta y dos acreditaciones internacionales.

Señaló que la razón de ser de la universidad en general es estar al servicio de las demandas sociales y no de quienes ejercen el poder. “Este no es un acto social, sino de defensa de la autonomía..., de resistencia al autoritarismo”, dijo.

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Rubén Vélez, removido como presidente del Consejo Superior por el Parlamento Andino tras la designación de Montaño, habló sin renunciar a ese cargo. Y ratificó el nombramiento e incluso pidió que se dé lectura a las resoluciones de noviembre pasado, con la que fue designado el nuevo rector.

Montaño, en tono más diplomático, enfatizó en los desafíos académicos y hasta de infraestructura de la UASB, y le dedicó menos palabras a la autonomía amenazada. Pero para que su agenda avance sin tropiezos espera la decisión del Tribunal Andino de Justicia. (I)