No solo hace danza contemporánea en los espacios convencionales como salas de baile o teatros, es más común verla danzar o hacer performances en espacios al aire libre, en las calles o el Malecón, porque Carolina Pepper Cevallos, artista y bailarina guayaquileña de 40 años, es de la idea de que al Malecón Simón Bolívar, por ejemplo, no hay que verlo solo como un punto turístico sino como un escenario para hacer arte. “Es sabido que es prohibido, pero hago danza hasta que venga el guardia y la boten a una, porque si todo es prohibido no haces nada, entonces hacerlo ese parte de la adrenalina. Hay gente que se encarga de las quejas formales, mi modo de quejarme es bailar hasta que venga el guardia”, dice Carolina, sin que las risas mientras lo dice oculten su rechazo a la prohibición.