El sonido de una trompeta antecedió al toque de silencio para dar inicio al acto cívico de incineración de un deteriorado estandarte nacional, de propiedad de la II División del Ejército. Fue quemada dentro de una urna, al pie de la columna a los Próceres, en el parque Centenario, en Lorenzo de Garaycoa y 9 de Octubre.