Si le molestan los pasajeros que empujan su asiento, los niños gritando o la gente haciendo ruido, este habría sido su vuelo ideal.
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Cuando Nigel Short llegó a la puerta de embarque, descubrió que no había nadie más esperando para subir al avión, era el único pasajero a bordo. El británico contó cómo fue esta extraña experiencia.
Si le molestan los pasajeros que empujan su asiento, los niños gritando o la gente haciendo ruido, este habría sido su vuelo ideal.
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El hombre, de 51 años, había vivido más de siete años en las calles de Mendoza, en Argentina, junto a Sultán.
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