“El muelle está inseguro”, asevera Gregorio Vallejo, quien vive en el recinto San Miguel, ubicado a cinco minutos de la cabecera cantonal de Samborondón. Él, como decenas de estudiantes y trabajadores que usan a diario el transporte fluvial para trasladarse al área urbana del cantón, debe atracar en el desembarcadero del malecón que está siendo arreglado por el Municipio.

Jorge Mendoza, quien vive en el recinto San Félix y trabaja haciendo fletes en canoas, sostiene que parte de la plataforma vetusta de hierro que tenía el muelle fue retirada por personal del Cabildo hace dos meses. Añade que desde esa fecha el paso por allí para los pasajeros es una amenaza de riesgo. “Está débil”, afirma Jorge.

Explica que por ello los transportistas fluviales decidieron unirse y construir cerca una escalera de metal para desembarcar, pero es provisional. “Con la lluvia se oxidará pronto, necesitamos que el muelle lo arreglen rápido”, señala.

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Belky Guerrero, directora de Obras Públicas del Municipio de Samborondón, dice que no está inseguro, solo incómodo. Precisa que el proyecto inicial era solo remodelar el muelle, pero cuando comenzaron los trabajos encontraron los pilotes desgastados. “No es algo rápido, tardaría entre 40 y 60 días”, manifiesta la funcionaria. (I)