Era una mañana serena en el remoto Mar de Ross en la Antártida cuando el capitán John Bennett y su tripulación recogieron una criatura con tentáculos gruesos como mangueras de bombero y ojos como platos a un kilómetro y medio bajo la superficie.
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Un calamar gigante de 350 kilos, largo como un pequeño ómnibus, una de las especies marinas más esquivas, estuvo congelado durante ocho meses hasta este martes, cuando científicos en Nueva Zelanda lo descongelaron para estudiarlo.
Era una mañana serena en el remoto Mar de Ross en la Antártida cuando el capitán John Bennett y su tripulación recogieron una criatura con tentáculos gruesos como mangueras de bombero y ojos como platos a un kilómetro y medio bajo la superficie.
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Para esta jornada se espera un cielo entre parcial nublado y nublado.
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