El anuncio del presidente Rafael Correa de analizar un impuesto a los “consumos nocivos”, enfocado a “comida chatarra”, cigarrillos y licores tiene un antecedente en la región en México, donde los alimentos con alta densidad calórica fueron gravados con el 8%; las bebidas azucaradas, con el 10%; y las energizantes, con el 25%, desde enero pasado.