Jacinto Convit, el médico venezolano creador de la vacuna contra la lepra (enfermedad de Hansen) e investigador de la leishmaniasis, oncocercosis y el mal de Chagas, falleció este lunes por la mañana en Caracas a los 100 años, informó su familia en un comunicado.

Convit, graduado en 1938 como Doctor en Ciencias Médicas en la Universidad Central de Venezuela (UCV), recibió en 1987 el premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica "por sus contribuciones al conocimiento de importantes enfermedades infecciosas y parasitarias, especialmente la inmunopatología de la lepra", señala el reconocimiento.

Esa obra fue considerada además para su nominación al premio Nobel de Medicina de 1988.

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Más tarde, en el 2002, la Organización Panamericana de la Salud, en Washington, lo designó "Héroe de la Salud Pública" y en Francia, en el 2011, fue galardonado con la Orden de la Legión de Honor Nacional.

Ejerció la cátedra de Enfermedades Tropicales en la Universidad de Stanford como profesor invitado y ocupó un puesto similar durante un año en el Hospital Jackson Memorial de la Universidad de Miami, en Estados Unidos.

A su regreso a Venezuela fundó el Instituto de Biomedicina.

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A pesar de sus 100 años, Convit llevaba tres lustros al frente de una investigación para dar con la cura del cáncer, una enfermedad "que me quita el sueño", aseguró en el 2013 con la aspiración de ver los resultados en vida.

La trayectoria de este venezolano dedicado a la investigación "transcurrió activamente por más de setenta y cinco años (...) atraído por las condiciones médicas de los pacientes en regiones remotas de Venezuela y posteriormente entre los pueblos indígenas de la selva amazónica (estado Bolívar, sur) y el Delta del río Orinoco (sureste)", explica el comunicado de su familia.

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La medicina "no es una profesión para dedicarse a producir dinero", dijo alguna vez el científico venezolano. "El que abraza esta profesión, tiene que tener un convencimiento profundo de que es un servidor público, en todo sentido", concluyó, según la nota familiar. Por ello, "durante toda su carrera como médico, el Dr. Convit nunca cobró a sus pacientes", subrayó la Fundación que lleva su nombre.

Sus aportes a la investigación médica cruzaron las fronteras y llegaron a institutos de salud y universidades de Estados Unidos, Europa y América Latina.

El galeno, de padres españoles, nació en septiembre de 1913 y vivió desde entonces en Caracas, donde se casó con la italiana Rafaela Marotta en 1946, con quien tuvo cuatro hijos, dos de ellos dedicados a la medicina.

 

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