Los comuneros que se oponen a la minería a gran escala en las parroquias García Moreno y Peñaherrera, ubicadas en la zona de Íntag, cantón Cotacachi, suroccidente de Imbabura, se mantienen en alerta desde el pasado 8 de mayo.

Ese día, técnicos de la Empresa Minera del Ecuador (Enami EP) y de la Corporación Nacional del Cobre de Chile (Codelco) ingresaron a las comunidades Junín y Chalguayacu Alto, acompañados de policías y del gobernador de Imbabura, Wilmer Taboada.

Esta zona tiene 4.836 ha concesionadas del proyecto Llurimagua. Allí los técnicos tienen el objetivo de tomar muestras para la elaboración del Estudio de Impacto Ambiental como paso previo a la obtención de una licencia ambiental.

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Santiago Yépez, gerente general de la Enami, explicó que el operativo de seguridad se realizó con la finalidad de que las vías públicas no estén obstruidas y puedan iniciar una fase de exploración avanzada.

“Esta exploración consiste en la toma de muestras de suelo, aire, agua, arqueología, flora y fauna, ruido e información social, para determinar qué cantidad de minerales existe y si es factible un estudio de impacto ambiental responsable que nos permita iniciar un proyecto minero”, explicó. Agregó que para ello prevén permanecer en la zona de 9 a 15 días.

Son 35 comunidades las que integran la zona de Íntag, donde hay posturas distintas sobre la explotación minera. Por ejemplo, Polibio Pérez, habitante de Junín y presidente del Consejo de Comunidades Libres de Minería de Íntag, dijo no estar de acuerdo con esta actividad. Aseguró que el interés de la Enami EP y Codelco es explotar, a futuro, al menos 3 millones de toneladas de cobre y otros metales que existirían en el territorio concesionado.

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Indicó que obtuvo esta información de los estudios realizados en los años 90 por las empresas mineras canadienses Ascendant Copper y Bishimetals, las que –según agregó– destruyeron parte de la biodiversidad del entorno realizando análisis y tomando muestras.

Pero no todos los comuneros están en contra de la minería; Fabián Lastra es un ejemplo de ello. “Apoyamos la minería porque en otros lados donde hay explotación minera o de petróleo han hecho muchas obras. Tal vez nosotros no veamos el beneficio de esta explotación en Íntag, pero quizá nuestros hijos y nietos sí sean beneficiados”, sostuvo.