Esa primera vez que los vieron subir al púlpito, vistiendo una sotana, sus ojos se llenaron de lágrimas por los nervios, el orgullo y la alegría. Para María del Pilar García, Milly Oneto y Mercy Vega, presenciar esa primera misa oficiada por sus hijos causó en ellas una mezcla de emociones que hasta ahora, años después, las conmueve.