El Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Honduras aceptó este lunes revisar las actas de votación de los comicios presidenciales del pasado 24 de noviembre a petición de la dirigente del partido izquierdista Libre Xiomara Castro, a quien a su vez pidió que si se confirma que perdió las elecciones, acepte la derrota.

"Pongan su equipo y busquemos el mecanismo, inclusive hagámoslo de manera pública para que no haya ninguna duda, que se revisen y despejemos cualquier duda que puedan tener", dijo el magistrado presidente del TSE, David Matamoros, a periodistas.

Acompañada de su esposo, el expresidente Manuel Zelaya, Castro pidió este lunes oficialmente al TSE que revise las 16.135 actas a nivel presidencial de los pasados comicios, en los que fue declarado ganador el oficialista Juan Orlando Hernández, al considerar que hubo "alteraciones" de los resultados.

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La revisión, según el documento presentado por Castro ante los magistrados del TSE, se pide en "virtud de las alteraciones de que ha sido objeto el resultado contenido en cada acta, ante la vulnerabilidad e inseguridad del sistema en perjuicio de la voluntad popular, expresada masivamente en las urnas".

"Yo se lo ofrecí al partido la semana pasada, hemos tenido que esperar una semana para que venga la solicitud y le vamos a dar cumplimiento", indicó Matamoros.

"Quisiéramos arrancar hoy en la tarde. Habrá que sentarse para ver en qué consiste la verificación de las actas", agregó al asegurar que en "una elección presidencial es imposible que a alguien lo puedan engañar".

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Por eso, si al revisar las actas electorales "da como resultado que usted no gana las elecciones le agradeceríamos en nombre del pueblo hondureño que también lo diga públicamente", pidió Matamoros a Castro, mientras que Zelaya instó al presidente del ente electoral a que "si gana Xiomara que también" el TSE lo reconozca.

El órgano electoral declaró el sábado presidente electo a Hernández, del gobernante Partido Nacional, quien se impuso tras recibir el 36,80 % de los votos, frente al 28,79 % de Castro, cuando se había escrutado el 98,6 % de las mesas.