El vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza, tildó de “sabia, justa y soberana” la retirada del país de la Convención Americana de Derechos Humanos (CADH), lo que se cumplió ayer con el aval del gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Venezuela denunció el 10 de septiembre del año pasado a la CADH, que da base jurídica a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), mecanismos a los que el entonces presidente Hugo Chávez (1999-2013) acusó de estar manipulados por Estados Unidos.
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La denuncia fue el paso previo necesario para abandonar la CIDH, con sede en Washington, debido a que este es el texto legal que les concede la autoridad a los otros organismos para proteger los derechos humanos en toda América y del que solo Trinidad y Tobago había hecho uso, en 1998.
Venezuela contaba con un año para dar marcha atrás, pero el Ejecutivo no cambió de parecer a pesar de las protestas de las organizaciones no gubernamentales y de la oposición.
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La salida se hace efectiva un día después de que la oposición venezolana presentara ante la CIDH un pedido para calificar como fraudulentas las elecciones presidenciales de abril, ganadas con un estrecho margen por Maduro.