La mirada fija sobre una pantalla de computadora, de celular o de cualquier otro dispositivo electrónico; la atención enfocada en cerrar una negociación, en pactar una cita, en pagar una cuenta. Así es como transcurren los días ajetreados de las comunidades modernas. “No hay claridad mental, la gente no vive el presente, están preocupados por el mañana”, dice Patricia Meier, propietaria del espacio cultural y artístico que lleva su nombre, ubicado en Samborondón Business Center.