Pérdida auditiva y daño muscular de las articulaciones son algunas de las lesiones que padecen dos de las tres mujeres secuestradas por más de diez años en una casa en Cleveland, Ohio (EE.UU.), a causa de los continuos maltratos que sufrieron mientras estuvieron cautivas por Ariel Castro, detenido acusado de secuestro y violación.

Según dos fuentes cercanas al tema, que pidieron no ser identificadas, Gina DeJesus (desaparecida en el 2004) y Michelle Knight (reportada en el 2002) estaban en peores condiciones que Amanda Berry (perdida desde el 2003).

Castro parecía tratar mejor a Berry, quien fue la única fotografiada sonriendo después del dramático rescate. Ella tiene una hija de 6 años con Castro que nació en cautiverio.

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Las fuentes, con conocimiento directo de la investigación, señalaron que las mujeres eran retenidas con cadenas y cinta adhesiva en “posiciones de tensión” por largos periodos que les provocaron escaras y otras lesiones.

Knight y DeJesus dijeron a la policía que pasaron temporadas extensas en el sótano, donde había cadenas desde los muros y correas de perro fijadas al techo. “Una de las chicas tiene dificultades para mover su cabeza por haber sido encadenada”, agregaron las fuentes.

Todas las puertas de los dormitorios de la casa tenían candados por fuera y las habitaciones apenas contaban con un colchón en el suelo.

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El reporte inicial de la policía indica que Castro golpeaba a Knight en el abdomen para provocarle abortos. Ella contó a las autoridades que durante el cuativerio quedó embarazada al menos cinco veces.

Las condiciones han sido descritas como similares a las de un reo en un campo de guerra. Las víctimas sufrían malnutrición severa y requerirán de una terapia a largo plazo.

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En tanto, Castro, de 52 años, se declarará “no culpable de todos estos cargos”. Así lo informó su abogado Craig Weintraub, quien criticó que los medios de comunicación lo presenten como un ‘monstruo’. “Esa no es la impresión que tuve cuando me reuní con él durante tres horas”, agregó Weintraub y añadió que Castro no ha admitido ante él ni los secuestros ni las violaciones.

Onil y Pedro, hermanos del detenido, han expresado que esperan que se “pudra en prisión”. Ellos fueron apresados con Ariel y luego liberados.