En el mundo de bienes raíces los cambios comenzaron en conceptos, decoraciones y prestaciones, pero el objetivo sigue siendo el mismo: ofrecer confort. Vivir en el campo va de la mano de tener una vida con propósito. El lujo rural lo impone el nuevo comprador.
El comprador contemporáneo “no quiere solo una casa en el campo; quiere un ecosistema que le permita vivir, trabajar y disfrutar sin renunciar a los estándares urbanos”.
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El perfil actual exige infraestructura digital, sostenibilidad y exclusividad funcional, explica Sonia Campuzano, CEO de The Simple Rent, una red inmobiliaria de España, a Arquitectura y Diseño.
El nuevo metro cuadrado
Es tan grande la transformación de la vida en el campo que, según Campuzano, “podríamos decir que la infraestructura digital es el nuevo metro cuadrado”.
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Precisa la especialista que “los metros cuadrados han dejado de ser la medida del lujo. Hoy lo que importa son las prestaciones: arquitectura tradicional con domótica, eficiencia energética, zonas wellness y conexión a fibra óptica de alta velocidad”.
El prestigio “ha cambiado de código: el nuevo lujo no se mide en metros cuadrados, sino en metros de libertad”, analiza la CEO de The Simple Rent.
Ahora, dice Campuzano, el campo es sinónimo de eficiencia. “Si una finca tiene buena cobertura, acceso a servicios y una red viaria eficiente, se convierte en una joya inmobiliaria”.
Estatus
Antes las viviendas, construcciones, se vendían más rápido por la cercanía a los centros financieros o los restaurantes de moda. Eso cambió.
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Señala Campuzano que el prestigio se mide por la calidad del aire o la posibilidad de cultivar tus propios tomates sin perder conexión con el mundo.
“Vivir en el campo ha pasado de ser una excentricidad a convertirse en un símbolo de estatus, bienestar y visión de futuro”, afirma.
Presumir ahora del “verdadero lujo” es tener una masía (casa de campo) restaurada con materiales nobles, autosuficiente en energía, con vistas infinitas y conectividad de fibra óptica impecable", dice la experta.
La clave hoy es vivir en equilibrio “entre lo ancestral y lo contemporáneo, entre lo artesanal y lo inteligente”.
Vivir en el campo está de moda. “Las consultas sobre fincas de alto standing, masías rehabilitadas y casas de campo con amplias extensiones crecieron un 20%”, según The Simple Rent.
Destaca Arquitectura y Diseño: Lo que hace unos años eran segundas residencias heredadas se ha convertido en microuniversos diseñados por arquitectos, interioristas y paisajistas. (I)