En Australia, dos mineros tienen el récord de haber encontrado la pieza de oro más grande de la historia. Sucedió en febrero de 1869. El hallazgo, como pudiera imaginar cualquiera, habría impactado en la calidad de vida de sus familias… pero no es así. Ya te enterarás qué sucedió con sus descendientes.

Richard Oates y John Deason hallaron, en Moliagul, una pieza de aproximadamente 72 kilogramos de peso. Esas dimensiones, según la Cadena SER, “no se ha conseguido igualar”.

Para movilizar la gigantesca pepita de oro necesariamente debieron partirla.

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Oates y Deason a su “joya” la bautizaron como Welcome Stranger, que se podría traducir como ‘Bienvenido extraño’, reseña el medio español.

Una réplica de la Welcome Stranger está expuesta en el museo de Dunolly, de Victoria (Australia).

Qué pasó con las familias de los mineros

El experto John Tully, con una réplica de la pepita, dice que hoy en día se sigue hablando del Welcome Stranger | |Foto: Cortesía BBC/Archivo El Universo

La Cadena SER, que cita a un medio italiano, difunde que los mineros Deason y Oates sí vieron cambios en sus estilos de vida, tras encontrar la “pepita” de oro.

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Pero, transcurridos 156 años del famoso hallazgo, los descendientes de los dos hombres aseguran que no tienen “ni una sola joya hecha con el oro de la enorme pieza”.

De esa manera desmienten una información que circuló en 2019.

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Arthur Deason, bisnieto de uno de los mineros, en declaraciones al diario The Age, afirmó que “jamás había visto las joyas que recibió de los familiares directos de su bisabuelo, porque se habían vendido durante la Gran Depresión”.

En su momento, la transacción alcanzó los 10.000 dólares.

Publica la Cadena SER que en la web de las Colecciones de los Museos Victoria afirman que el valor actual sería de entre 3 y 4 millones de dólares.

Lamenta Arthur que el minero John, su bisabuelo, haya muerto en la ruina.

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“John compró una gran parcela de tierra para cultivar, pero tuvo que ir deshaciéndose de la mayor parte de sus propiedades después de una serie de inversiones fallidas en proyectos de minería”, describió.

Arthur Deason se dedicó a criar ovejas cerca de donde se produjo el descubrimiento de la pepita dorada, pero la zona se hizo popular y llegaban cazadores de oro en busca de un tesoro similar al que sorprendió hace más de siglo y medio a los dos mineros.

- ¿Me puede enseñar a hallar oro?, ¿dónde está?, es lo que más preguntaban curiosos.

Arthur solo decía: “Si lo supiera, lo encontraría yo mismo”. (I)

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