“Mis padres se asustaron terriblemente cuando les dije que quería seguir la carrera militar”. Una decidida Esther Yáñez, que nació en una familia vinculada al mar, cambió su deseo inicial de estudiar medicina por ir al campo castrense. Convenció a sus papás y en ella toda España vio, años después, a la primera mujer al frente de un buque de guerra del país.
Rompió esquemas, definitivamente. Yáñez en 1988, como lo ha declarado a la prensa, al conocer que “las Fuerzas Armadas españolas abrieron sus puertas a las mujeres por primera vez”, dice que “algo cambió dentro de ella”.
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Su nombre completo es Esther Yáñez González-Irún y vino al mundo en San Fernando, Cádiz, en 1971. Era hija y sobrina de militares, señalan en Fundación 16 de 24.
Solo dos de las 85 mujeres que se presentaron… superaron las pruebas. Una fue Esther.
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Para 1990, su historia era otra. La de una mujer valiente, con ganas de aprender. Supo imponerse en un “mundo de hombres”.
Mujer pionera
Es una mujer pionera. Se le reconoce ser la primera en ingresar en las aulas de la Escuela Naval de Marín y en estar al frente de un barco de guerra.
En Artículo 14 señalan que, en ese año, Esther ingresó en la Escuela Naval Militar de Marín y destacan que en esa institución “hasta entonces nunca se había formado una mujer. Las miradas de asombro fueron inevitables”.
En 1992 se embarcó nada más y nada menos que en el Buque Escuela de España, en el Juan Sebastián Elcano. Quizás usted, amigo, amiga, que lee recordará que en esa misma embarcación estuvo varios meses la hija del rey Felipe VI, la princesa Leonor.
Esther Yáñez zarpó en el “Juan Sebastián Elcano” con el objetivo de recorrer el mundo, conociendo puertos de países. Eso la ayudó a reafirmar que su vida estaba ligada al mar.
Para la citada fundación, Yáñez es la primera mujer en completar la octava vuelta al mundo como guardiamarina en el buque escuela Juan Sebastián El Cano.
Según Artículo 14 aprendió 3 cosas:
- a convivir en una tripulación dominada por hombres,
- a soportar la presión del mando y
- a hacerse respetar sin levantar la voz
Con el tiempo asumió responsabilidades y estudió.
La prensa recuerda que participó en misiones humanitarias, como la activada tras el paso del potente huracán Mitch en Centroamérica, en 1998.
Inspira
Hace dos décadas, fue noticia: Esther Yáñez asumía el mando del patrullero Laya, un buque de guerra de la Armada Española.
El país ibérico veía, por primera vez, a una mujer que iba a “dirigir un barco militar, a tomar decisiones estratégicas, a dar órdenes en maniobras y a responder por la seguridad de toda una tripulación”.
Gran responsabilidad. No se intimidó. “En cada maniobra, Yáñez demostró que el mando no entiende de sexos”, difunde Artículo 14.
También ha desempeñado puestos de responsabilidad en la fragata ‘Reina Sofía’ y en los buques de asalto anfibio ‘Castilla’ y ‘Galicia’, informa la Junta de Andalucía.
Hace 4 años, la valiente Esther “se convirtió en la primera mujer capitán de navío de la Armada Española, el rango previo a contralmirante”.
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Para la Fundación 16 de 24, Esther Yáñez es una mujer que inspira. Su vida en el mar le exigió preparación y logró ser licenciada en derecho, especialista en Tecnología de las Comunicaciones e Información y diplomada de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de España.
(I)