Uno de los conflictos más comunes en las comunidades de vecinos es el uso indebido de balcones y terrazas.

Pasa a casi todo el mundo. No es un tema que sea exclusivo de un país en particular. Ocurre especialmente cuando se vive en propiedades horizontales donde convergen todo tipo de personalidades en una misma edificación.

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En países como España, por ejemplo, el artículo 7.1 de la Ley de Propiedad Horizontal establece que “ningún propietario puede realizar alteraciones en los elementos arquitectónicos, instalaciones o servicios del edificio sin el consentimiento de la comunidad”.

El propietario puede modificar elementos arquitectónicos “cuando no menoscabe o altere la seguridad del edificio, su estructura general, su configuración o estado exteriores, o perjudique los derechos de otro propietario, debiendo dar cuenta de tales obras previamente a quien represente a la comunidad”, apunta Comunidades.

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Colocación de estructuras voluminosas requiere aprobación de la comunidad

En el resto del inmueble no podrá realizar alteración alguna y si advirtiere la necesidad de reparaciones urgentes deberá comunicarlo sin dilación al Administrador.

Los tribunales españoles diferencian entre objetos ligeros como sillas o macetas que suelen permitirse.

Mientras que estructuras voluminosas como armarios metálicos, casetas o cerramientos requieren aprobación previa.

El Tribunal Supremo ha reiterado en varias sentencias que colocar instalaciones permanentes sin permiso puede obligar al propietario a retirarlas.

“La comunidad puede actuar”

Cuando un vecino insiste en incumplir las normas, la comunidad tiene varias vías: recordar el artículo 7.1, aprobar reglas internas en junta o, en casos graves, acudir al artículo 7.2 para demandar judicialmente.

“El presidente o administrador puede requerir formalmente al propietario para que retire el objeto en discordia”, reseña AS.

Aunque la regla general es clara, cada comunidad puede tener estatutos propios que permitan ciertas instalaciones, siempre que respeten la estética y la seguridad.

Por eso, antes de iniciar un conflicto, es recomendable revisar la normativa interna del edificio. (I)

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