Un gran hallazgo lograron los paleontólogos en el yacimiento arqueológico del Abrigo de La Malia, en Tamajón, de Guadalajara, <a href="https://www.eluniverso.com/temas/espana/" target="_self" rel="" title="https://www.eluniverso.com/temas/espana/">España</a>. Allí, localizaron unos fósiles que les permitió identificar el <a href="https://www.eluniverso.com/temas/genetica/" target="_self" rel="" title="https://www.eluniverso.com/temas/genetica/">ADN </a>de los caballos más antiguos en la Península Ibérica.Ese yacimiento es clave por su conexión con el Paleolítico superior.Explican en <a href="https://historia.nationalgeographic.com.es/a/hallan-malia-guadalajara-caballos-mas-antiguos-linaje-iberico_24588" target="_self" rel="" title="https://historia.nationalgeographic.com.es/a/hallan-malia-guadalajara-caballos-mas-antiguos-linaje-iberico_24588">National Geographic</a> que el ADN de unos restos fósiles devela que esos <a href="https://www.eluniverso.com/temas/caballos/" target="_self" rel="" title="https://www.eluniverso.com/temas/caballos/">caballos </a>salvajes “sobrevivieron a la última glaciación y representan el linaje genético más antiguo de la península”.En Abrigo de La Malia, el yacimiento, han podido establecer cómo este “conecta directamente con las raíces evolutivas de los caballos que poblaron la Península Ibérica hace más de 30.000 años”.Después de ocho campañas, el Abrigo de La Malia ha alcanzado ya un lugar destacado en la comunidad científica internacional celebra el <a href="https://tamajon.es/los-caballos-mas-antiguos-del-linaje-iberico-en-las-excavaciones-de-la-malia-en-tamajon/" target="_self" rel="" title="https://tamajon.es/los-caballos-mas-antiguos-del-linaje-iberico-en-las-excavaciones-de-la-malia-en-tamajon/">Ayuntamiento de Tamajón.</a>Esos equinos “eran genéticamente distintos a los caballos de otras regiones de Europa”.La península albergó durante milenios un linaje genético único de caballos salvajes, llamado IBE, que estuvo presente desde hace al menos 26.800 años hasta aproximadamente 571 años antes de nuestra era, recuerdan paleontólogos citando un estudio anterior a su hallazgo.Este nuevo equipo científico reafirma que se trata de estos “caballos únicos”, pertenecientes a esta línea genética única que sobrevivió a la última glaciación refugiado al sur de los Pirineos, difunden en National.Estos caballos salvajes serían similares a los que fueron representados en las pinturas rupestres del Paleolítico superior, señala el Ayuntamiento de Tamajón.Sin embargo, el biólogo evolutivo Jaime Lira Garrido indica: “Con nuestros descubrimientos, ahora sabemos que los caballos que se pintaron -o se grabaron- en las paredes de las grutas, no tienen genómicamente nada que ver con los caballos actuales”.Otro estudio analizó la tafonomía del yacimiento, es decir, los procesos que sufrieron los huesos desde la muerte del animal hasta su hallazgo. Sus resultados confirman que fueron los humanos quienes procesaron y consumieron los restos de bisontes, caballos, ciervos o rebecos hallados en el abrigo. “La Malia fue un abrigo para la captación de recursos animales. Pequeños grupos de cazadores venían, procesaban las presas y después se desplazaban a otros lugares”, señala el investigador Edgar Téllez.En National añaden que estos caballos salvajes, adaptados a climas húmedos y pastizales ricos en leguminosas, fueron contemporáneos de los primeros Homo sapiens que habitaron la Meseta Central. “Este curioso linaje de caballos salvajes desapareció hacia el siglo VI a.C., pero su influencia genética perduró a través de cruces con caballos domesticados, con vestigios en ejemplares hallados en América durante la colonización española”, avanzan.“Estamos excavando en el sector principal del yacimiento, en niveles auriñacienses (Auriñaciense, entre 31.000 y 36.000 años), que nos han permitido identificar a los primeros Homo sapiens de la meseta”, explica Adrián Pablos, quien junto a Nohemi Sala, encabezó la octava campaña de excavaciones en el yacimiento del Abrigo de La Malia.Además, “trabajamos hacia el fondo de la cavidad para valorar el potencial del abrigo y descubrir qué nuevas sorpresas nos deparará en los próximos años”. <b>(I)</b>