Esto sí es ganar indulgencia con escapulario propio. En Fuggerei, Alemania, el tiempo parece haberse detenido. Fundado en 1521 el alquiler de sus viviendas sigue costando menos de un euro al año. Para vivir allí, la persona debe ser católica y además rezar, a diario, tres oraciones.

Fuggerei es un barrio histórico alemán. Allí están “las viviendas sociales más antiguas del mundo”, indican en Deutsche Welle (DW).

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Foto: del site www.fugger.de Foto: USUARIO

Jakob Fugger era banquero y fundó esta colonia para pobres hace 504 años. “En aquel entonces el arriendo era de un florín renano anual, hoy menos de un euro (88 céntimos de euro”, explican en AS y la DW.

Rezar a diario

De acuerdo con la tradición, quien vive en Fuggerei cumple con una norma irrenunciable: “para vivir bajo estos muros centenarios hay que rezar, todos los días.

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Los habitantes de este pueblo pintoresco deben rezar tres veces al día por el fundador, Jakob Fugger, señala la DW. “Es una regla importante”.

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Según AS, “rezan el Padrenuestro, el Ave María y el Credo”.

Los inquilinos deben ser católicos.

DW

“Si bien es bastante difícil verificar si cada residente está completando sus tres oraciones diarias, se verifica el estado de los solicitantes en la oficina parroquial para asegurarse de que sean parte de la comunidad católica”, añaden en DW.

Además de pagar su alquiler, señala AS, la misma cantidad “se le debe abonar también al cura local (otros 88 céntimos de euro)”.

La vida en Fuggerei

Fuggerei, describen en AS, es un complejo de viviendas sociales que consta de 142 casas.

Situado en una zona residencial de Augsburgo, el Fuggerei “era un conjunto acogedor formado por una serie de calles rodeadas por una muralla”.

La página web de Fuggerei detalla que ciertamente este es el complejo de viviendas sociales más antiguo del mundo, una ciudad dentro de la ciudad con 67 edificios y 142 residencias, además de una iglesia.

Confirman que aproximadamente 150 ciudadanos necesitados de Augsburgo, católicos y con fe, viven allí por una renta anual básica de 0,88 euros y tres oraciones diarias.

Foto: del site www.fugger.de

El sitio web explica que algunas de las reglas se han aplicado en Fuggerei durante casi 500 años.

“Solo se aceptan como residentes a los católicos de Augsburgo necesitados. La ascendencia, la edad y la situación familiar no son factores decisivos.

“(La Fuggerei) me quitó uno de mis mayores miedos: pude vivir con lo poco que ganaba durante mis prácticas porque me quité la pesada carga del alquiler”, dice Noel Guobadia a DW.

“Me dieron la oportunidad de centrarme en mí mismo y empezar a sentar las bases de mi vida”, asevera.

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Además de los requisitos de oración, se les pide a los residentes que realicen pequeños servicios para el bien común, como servir de vigilante nocturno, sacristán o jardinero.

Las puertas de la Fuggerei están abiertas hasta las 10:00 de la noche; después de esa hora, los residentes deben pagar al vigilante nocturno 50 céntimos para entrar, o un euro si es después de medianoche.

En el momento en que la situación económica de los residentes mejore, deben abandonar el Fuggerei, informa La Vanguardia.

El fundador de Fuggerei

Jakob Fugger fue miembro de una poderosa familia de comerciantes y banqueros de Augsburgo (Baviera).

Señalan en La Vanguardia que Jakob “abandonó su condición de monje del monasterio franciscano de Herrieden cuando una serie de desgracias familiares le obligaron a hacerse cargo de los negocios paternos”.

Se dice que por haber experimentado el contacto con las clases más desfavorecidas, decidió “crear el proyecto de un nuevo barrio destinado a dar alojamiento a quienes no tuvieran medios para costearse una vivienda”.

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La Vanguardia dice que la leyenda asegura que fue como consecuencia de una penitencia impuesta por su confesor.

Hoy, Fuggerei es un ‘imán’ para el turismo. Con su museo, su residencia de exhibición y el búnker de la Segunda Guerra Mundial, se puede visitar cualquier día pagando la entrada. (I)

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