Un millonario compró una parcela y reconstruyó una casa modesta que en ella había. Luego, tumbó esa vivienda y levantó en su lugar una lujosa residencia de tres plantas. El inmueble ‘no encajaba’ en el vecindario, donde causó polémicas que llegaron al Consejo de Kirklees y al Planning Inspectorate (Inspección de Planificación), una agencia ejecutiva del Reino Unido.
El problema se generó cuando el empresario, al que medios europeos identifican como Amir Azam, terminó de construir la gran casa.
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La estructura también levantó el malestar de los vecinos de la localidad inglesa de Dewsbury, cerca de Leeds, reseñan en Xataka.
El caserón
Informan en La Razón que “la parcela fue adquirida por unos 275.000 euros en 2021”.
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De la casa original no quedó nada.
Azam dio luz verde a la construcción de una mansión de 16 metros de longitud.
Eso trajo disgusto al vecindario, por cuanto “el diseño y volumen” no estaban en sintonía con el resto de viviendas. La mansión era “incompatible con el entorno urbano”.
Sin permiso
El empresario Azam solicitó en 2023 “un permiso de planificación retrospectivo al ayuntamiento. La obra ya estaba terminada”.
Pero se lo rechazaron.
¿El motivo?
“La obra no respetaba las características arquitectónicas del entorno”, exponen en La Razón.
“La nueva vivienda como ahora tiene un frente a dos aguas, su volumen y masa general parecen mucho mayores.
Como su profundidad se extiende mucho más hacia atrás, crea una gran extensión de pared lateral, lo que agrava aún más su apariencia voluminosa", señalan.
Los expertos en urbanismo describieron que la mansión de 3 pisos tenía un “impacto opresivo, opaco y dominante”, publican en Xataka.
La estructura, indican en AS, generaba un efecto opresivo sobre las casas colindantes, convirtiendo la tranquila calle en un polémico cul-de-sac (callejón sin salida).
Qué pasará
Las inquietudes del vecindario llegaron al Consejo de Kirklees y a los inspectores de planificación.
Luego de tres años de litigio, el empresario enfrenta un revés. Para un juez,“la única solución posible era la demolición total del inmueble”.
Azam, quien dirige director de Stonehouse The Bed Co, fue notificado “para retirar completamente la edificación en un plazo de seis meses”.
Los gastos de demolición y restitución “podrían superar los 100.000 euros, unos gastos que deberá afrontar el empresario”.
Además de la mansión, había levantado un par de construcciones en el jardín que igualmente deben ser eliminadas.
La sentencia subraya el daño causado al carácter del área y a las condiciones de vida de los residentes
Los vecinos, destaca La Razón, expresan sentir “alivio”. (I)