Un millonario compró una parcela y reconstruyó una casa modesta que en ella había. Luego, tumbó esa vivienda y levantó en su lugar una lujosa residencia de tres plantas. El inmueble ‘no encajaba’ en el vecindario, donde causó polémicas que llegaron al Consejo de Kirklees y al Planning Inspectorate (Inspección de Planificación), una agencia ejecutiva del Reino Unido.
