Es cierto el dicho (refrán) “No todo lo que brilla es oro”. Una mujer fue estafada en una joyería, donde le vendieron un anillo falso. Le dijeron que era de oro con diamantes y esmeraldas. La compradora se lo llevó para terminar enterándose pronto que la sortija era “una imitación”. Y no lo notó, aunque tuvo la sospecha... no se dejó guiar por la intuición.
La mujer, en Dublín, Irlanda, pasó por momentos de indignación. Nada era real. Las piedras del anillo que le gustó no eran “ni diamantes ni esmeraldas”.
Engañada totalmente
Quienes atendieron a la cliente se lo ofrecieron en 4.200 euros (4.872 dólares), pero para hacer ‘más creíble’ el teatro que montaron en ese negocio le hicieron “un descuento”.
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Fue así como la mujer canceló 3.000 euros (3.480 dólares) narran en AS.
El elevado precio, según la joyería, tenía su argumento: le dijo que el anillo “estaba hecho de oro de 18 quilates y llevaba auténticas esmeraldas y diamantes”.
Bancarrota
La mujer, de acuerdo con AS, “compró el anillo en diciembre de 2023 en Empress Fine Jewels, un local gestionado por Shuwan Li y situado junto a la lujosa Grafton Street”.
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Tras conocerse el caso de esta víctima de estafa, otra mujer dijo que había llevado 4 anillos para una limpieza y le informaron que “fueron robados, mientras los transportaba en autobús un pensionista contratado por la tienda”.
Los 4 anillos estaban valorados en 35.000 euros.
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Luego se supo que Shuwan Li “se declaró en bancarrota, con una deuda de 1,5 millones de euros”.
“Siempre sospeché que no era el mismo anillo que vi”
La mujer estafada con el anillo terminó aceptando su realidad y, según AS, no presentó denuncia contra la joyería.
Dice que notó algo extraño en el anillo y lo llevó a un tasador independiente, quien le confirmó que “no eran ni esmeraldas ni diamantes, sino falsificaciones”.
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Con el tiempo señala que apuesta por pasar la página y que en algún momento usará la sortija.
“Me compré el anillo para darme un capricho, y al final me engañaron”, afirma.
- ¿Qué le hizo sospechar del anillo?
- “Siempre pensé que no era el mismo anillo que vi en la tienda. Era demasiado brillante”. (I)