La radiación solar degrada las telas sintéticas de colores oscuros y provoca la liberación de miles de microplásticos en el mar u oceáno

Nuestros hábitos cotidianos tienen una huella oceánica real y por falta de información caemos en acciones que en nada ayudan al ambiente. ¿Sabías, por ejemplo, que la ropa sintética oscura libera más microplásticos que van a parar al mar?Un estudio acaba de confirmar que “la radiación solar degrada las telas sintéticas, liberando miles de fibras invisibles en el agua”.Una nueva investigación liderada por científicos de la Chinese Research Academy of Environmental Sciences y la Universidad de Ciencias de la Información de Nanjing revela que una camiseta “puede convertirse, bajo el sol, en una fuente constante de microplásticos que envenenan los ecosistemas marinos”. Los colores más oscuros aceleran la fragmentación del poliéster, publica EcoInventos. Detallan que “las fibras púrpuras, por ejemplo, absorbieron más energía solar, provocando una reacción química que liberó más de 47.000 microfibras en menos de dos semanas. Este nivel de degradación representa lo que ocurriría tras un año de exposición en aguas costeras”.La radiación ultravioleta “no solo decolora las prendas”. Esta radiación rompe los enlaces químicos del plástico, debilitando su estructura. En presencia de oxígeno marino, estas rupturas generan sustancias ácidas y grupos carbonilos que dejan las fibras quebradizas. ¿Qué más incide? “El oleaje y la sal terminan el trabajo”.Señala la investigación que no todos los tintes reaccionan igual. Enfatizan que los utilizados en telas púrpuras y verdes, compuestos de azo y nitro, absorben más luz UV y generan más radicales libres, responsables de la descomposición acelerada. Mientras que los tintes de colores más claros, como amarillo o azul, muestran una mayor resistencia porque reflejan parte de esa radiación.Desde Cero Residuo informan que la mayor parte de la ropa que usamos (desde ropa interior, ropa de deporte, así como ropa de baño) está hecha con fibras sintéticas, como el poliéster, que son derivados del petróleo. “En concreto, este tipo de textiles suponen un 68,2% del total fabricado”.Asimismo detallan que esos textiles suelen incorporar entre un 10 % y un 70 % de plastificantes como ftalatos y bisfenoles, que mejoran la elasticidad y la textura del tejido.Y hay más: “contienen una larga lista de aditivos como retardantes de llama, colorantes, surfactantes y recubrimientos impermeables, muchos de ellos con potencial tóxico”.En EcoInventos informan, además, que “sol y sal forman una combinación implacable”. Indican que las prendas que se secan al sol, tanto en balcones de ciudades como en playas remotas, liberan fragmentos imperceptibles. Y lanzan esta frase para reflexionar: “El mar recoge lo que la ropa suelta”.El estudio resalta cómo los hábitos cotidianos “tienen una huella oceánica real”. Advierten: “No solo se trata del plástico de un solo uso. Cada prenda sintética, con cada lavada y cada día de exposición, sigue contaminando mucho después de que dejamos de usarla”.“Cada vez que lavamos ropa sintética, con la fricción de la lavadora y especialmente de la secadora, se liberan miles de partículas que, al ser tan pequeñas, escapan a los sistemas de filtrado convencionales.Estas fibras acaban en ríos, lagos y océanos, donde se incorporan a la cadena alimentaria", difunden en Cero Residuo. Con información de EcoInventos (I)

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