Una interesante, mezcla entre una casa de los años noventa y una cueva habitable. Así concibe el agente inmobiliario Lari Lundberg, de Savo Asuntomarkkinat, la casa que construyó un ingeniero mecánico en un acantilado.

Pudiéramos decir que ese hombre más bien la excavó, parcialmente, en Finlandia, donde circula la razón por la que hizo ese hogar en una roca: el ingeniero la diseñó “para resistir cualquier crisis”.

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En Huffington Post indican que para tener ese hogar dinamitó parte del acantilado de Hiisivuori para convertirlo en la fachada y la entrada de su futura vivienda.

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El ingeniero mecánico “buscaba su salvación frente a los tiempos difíciles”.

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Comenzó la obra en 1989. Dos años más tarde la tuvo “casi lista”, pero fue, finalmente, habitada en el 2000.

Cómo es la casa en la roca

Además, el subsuelo del acantilado ofrece una serie de sótanos naturales —la cueva inacabada— que pueden servir como despensa para alimentos o refugio en caso de emergencia.

Foto: Pexels/ Dilan Ceviz

Durante la construcción, el ingeniero mecánico descubrió que bajo la casa brotaba un pequeño manantial. Decidió aprovecharlo.

Perforó un pozo y consiguió abastecerse de agua propia. “El hallazgo reforzó su idea de crear un hogar completamente autosuficiente, capaz de funcionar sin depender del exterior”.

Describen que el subsuelo del acantilado ofrece varios sótanos naturales, “que pueden servir como despensa para alimentos o refugio en caso de emergencia”.

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El ingeniero buscaba una vivienda con autosuficiencia y la que excavó en la roca “tiene un enorme horno de leña que permite calentar la casa y cocinar incluso en caso de apagón.

Qué aspecto negativo tiene la casa del acantilado

En Huffington Post exponen que “la cueva nunca fue impermeabilizada y la humedad se filtra durante el deshielo”.

Mientras que en verano, el calor provoca condensación en las paredes de piedra.

La propiedad, conocida como Eeriko se integra con el paisaje circundante. “No hay ángulos de noventa grados”, explica Lari Lundberg. (I)

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