Cien pilotos de caza F-18 tiene España y Enrique Gil es uno de ellos. Para pilotar una de estas aeronaves, debió seguir un exigente plan de estudios que equivale, compara, a una ingeniería aeroespacial. Cuenta que al volar solo un caza de combate, conforma va pasando el tiempo, “ya no es euforia, es profesionalismo”.
