Fueron por lana y salieron trasquilados. Eso que dice el refrán -dicho- le sucedió a una empresa en Barcelona, España, cuando valiéndose de un detective consiguieron “pruebas” para despedir a una empleada. En una voltereta del destino, la Justicia terminó dándole la razón a la mujer y su empleador acabó sancionada.

La mujer laboraba en una estética como manicurista y presentó dolor en la espalda y en su mano izquierda.

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La manicurista debía tener reposo y acudir a rehabilitación para superar las dolencias. Pero, la sugerencia médica no fue bien vista en el centro estético.

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La empresa la despidió alegando transgresión de la buena fe contractual y simulación de enfermedad, reseñan en Diario Sur.

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Para llegar a esa dura decisión, el empleador contrató los servicios de una empresa de detectives. La orden estaba dada: debían seguir a la manicurista.

Al final, consiguieron “las pruebas” que en lo absoluto recibió la Justicia.

Carta de despido

En la estética esperaron a la mujer para entregarle la carta de despido. En ella le hicieron saber que la siguió un detective y hasta una “trampa” le tendieron.

Foto: Freepik

Diario Sur tuvo acceso a la polémica carta y se lee: “(usted) cogió la baja médica por la supuesta dolencia que padecía en una mano, que le impedía desarrollar sus funciones de manicurista, para las que fue contratada.

Ante las sospechas de la empresa, se le estuvo haciendo seguimiento a través de una empresa de detectives (...).

En el informe emitido, se ha podido constatar que usted cada mañana acudía a un bar donde pasaba gran parte de su tiempo. Sospechas que finalmente han sido constatadas, ya que un día citó y realizó un tratamiento de manicura a una persona que fue acompañada por dicha empresa, en la dirección anteriormente mencionada, y cobró a esta persona en efectivo 35 euros por el servicio realizado”.

La estética se jactaba de tener “pruebas suficientes, imágenes y videos”.

Acciones legales

La mujer no se cruzó de brazos. Defendió sus derechos y acudió a la Justicia. Alegó que la despedían “en represalia” por la suspensión temporal (por el dolor en una mano y espalda) y analizó su caso como “discriminatorio”.

El informe de los detectives que recibió la estética fue considerado “inadmisible” por la víctima.

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La manicurista dijo que el detective no estuvo presente cuando presuntamente se cometieron los hechos y expuso que se vulneraron derechos fundamentales, como el de la intimidad.

Reclamó que el nombre del detective no apareciera en la carta de despido y opinó que eso le “producía indefensión”.

Habla la Justicia

La Justicia -el Tribunal Superior de Cataluña- resolvió que el despido era nulo y condenó a la empresa a la readmisión de la empleada.

A la manicurista debían no solo abonar los salarios que dejó de percibir, sino que debían indemnizarla con la cantidad de 7.501,00 euros. “También al pago de 600 euros como honorarios del abogado de la demandante correspondientes a la instancia”.

El alto juzgado de Cataluña tachó de “ilícita” la prueba aportada por los detectives, pues los hechos los propició el propio investigador.

Foto: Freepik/DC Studio

Señalaron: “El comportamiento transgresor de la buena fe imputado a la actora fue inducido o provocado por el detective, como se evidencia en la propia carta, en la que se dice: ‘Realizó un tratamiento de manicura a una persona que fue acompañada por dicha empresa”.

Esa persona es “una amiga del detective, sin acreditación profesional que colaboró con él en la elaboración de la prueba contra la investigada”. (I)

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