Quien no crea que en la crianza está todo lo que marca en esta vida puede seguir leyendo. Pasa no solo con los seres humanos. Le sucede a Juan, un pato que se cree completamente un perro.
Juan es de plumaje negro y su presencia en la calle no pasa desapercibida. Tan pronto ve a un perro se le acerca, lo corretea y busca morderlo, atacarlo con su pico de pato.
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Pero, esta ave se asume como perro. Y para ser específicos, como dicen en la Cadena SER, cree tener “el alma de un perro salchicha”.
La historia, que se ha ganado el interés en redes sociales, proviene de Mendoza, una ciudad de Argentina.
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De allá es este pato, criado por Margarita Flores, quien tiene dos perros salchicha.
Margarita, en Mendoza, regenta una florería (floristería), desde hace más de tres décadas en la avenida de San Martín.
Pasar todo el día con esos perritos ha hecho que Juan deje de “actuar” como pato.
En aprietos el pato Juan
En una de sus salidas, el pato Juan persiguió a un perro y aseguran que le mordió la cola. No pasó a mayores, pero se viralizó.
Eso lo valió una denuncia.
“A pesar de que no le hizo ningún tipo de daño al perro, el hecho de que se hiciera viral provocó la llegada de una denuncia anónima quejándose de que el pato no puede estar en la calle como está”, exponen en Cadena SER.
Margarita Flores debía acatar la ordenanza, pues en esa ciudad “no se permiten este tipo de aves como mascotas”.
Por eso, el pato Juan no podía estar en calles o avenidas transitadas.
Llevado a una casa de campo
La ley es dura, pero es la ley. El pato debió salir de la ciudad de Mendoza.
Eso causó revuelo, la comunidad llegó a recoger más de 7 mil firmas para impedir que el ave fuera llevado a otro lugar.
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Margarita se asesoró con abogados, pero no se pudo hacer mucho.
Si la mujer insistía en tener a Juan consigo, podía enfrentar “multas de hasta un millón y medio de pesos”.
La polémica tuvo desenlace: Juan fue trasladado por Margarita a una casa de campo que tiene en Maipú.
El cambió le pegó. El pato dejó de comer, perdió peso.
“Las autoridades municipales de Maipú lo atendieron y le pusieron el tratamiento”, señala el medio español.
Lejos del par de perros salchicha, hoy la vida de Juan transcurre en el campo, donde tiene una pileta, y vive con dos gallos y una pata. ¿Se enamorará el pato?
En Mendoza, el paso por la venta de flores ya no es igual. La gente se detenía en la floristería de Margarita y se sacaba fotos con el pato Juan. (I)