El cambio nadie lo imagina hace 30 años. Pero se dio y lo que antes era un amplio terreno desértico es hoy el lugar de cultivos de ricas frutas, como el arándano.
Lo que faltaba era agua. ¡Claro, era un desierto! Pero al final pesó más la buena voluntad en este país latinoamericano, aunque la crítica o advertencia -por la sequía- no ha faltado.
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El logro se alcanzó en Perú, específicamente en las vastas llanuras desérticas de la región de Ica, destaca BBC Mundo.
Uno de los bancos de biodiversidad agrícola más grandes en América Latina está en Ecuador
Desde Argentina reconocen el esfuerzo: Perú comenzó a producir arándanos en el desierto y las empresas que se instalaban allí tienen cargas sociales del 7 por ciento, señala Federico Bayá del Comité Argentino de Arándanos, citado en Bichos de campo.
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Cómo se gestó el cambio
Ana Sabogal, experta en ecología vegetal y cambios antrópicos en los ecosistemas de la Pontificia Universidad Católica del Perú, indica a BBC Mundo que “la inversión privada de grandes agricultores, menos reacios al riesgo que los pequeños, facilitó innovaciones técnicas como el riego por goteo y el desarrollo de proyectos de riego”.
De esa manera fueron hallando solución al problema de la escasez de agua en el desierto.
Este avance, más las innovaciones genéticas, como la que permitió el cultivo local del arándano, “posibilitó que Perú incorporara grandes extensiones de su desierto costero a su superficie cultivable, que se amplió en alrededor de un 30%”, en palabra de Sabogal.
Las vastas llanuras desérticas de la región de Ica, Perú, se han llenado en las últimas décadas de extensos cultivos de arándanos y otras frutas.
BBC Mundo
Tener agua fue clave. Pudieron “empezar a cultivar en una zona donde tradicionalmente no se había contemplado la agricultura y empezar a explotar sus particulares condiciones climáticas, que lo convierten en lo que los expertos describen como un invernadero natural”.
En la actualidad, expone BBC Mundo, Ica o la región norteña Piura “se han convertido en grandes centros de producción agrícola”.
El reto en Ica, Perú
Perú se convirtió en estos años “en el mayor exportador mundial de uvas de mesa y de arándanos, una fruta que apenas se producía en el país antes de 2008”, informa La Nación.
Por un lado, la Asociación de Exportadores, ADEX, enfatizan que las exportaciones agrícolas representaron en 2024 un 4,6% del Producto Interno Bruto (PIB) peruano, cuando en 2020 no era más que un 1,3%.
Por el otro lado, la escasez hídrica afecta al Perú y en esa situación, en la que una parte importante de la población no tiene agua en su casa, “el debate en torno a la industria agroexportadora se ha vuelto muy vivo”, señala César Huaroto, economista de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas.
Regiones como Ica o Piura se han convertido en grandes centros de producción agrícola y la agroexportación en uno de los motores de la economía peruana
BBC Mundo
Como en Ica apenas llueve, gran parte del agua se obtiene bajo tierra. Y señala BBC que pequeños agricultores locales “se topan con indicios de que el acuífero se está agotando”.
Otros problemas azotan a la población en torno de la falta de agua.
En Ica, resalta BBC, “el reto es hacer sostenible el próspero negocio agroexportador con el medio ambiente y las necesidades de la población”.
De igual manera, el medio británico publica que el proceso transformador visto en Ica, se ha ido registrando en el litoral desértico peruano, “donde han proliferado grandes plantaciones de frutas no tradicionales aquí, como los espárragos, los mangos, los arándanos o los aguacates (o paltas). (I)