Operarios de maquinarias se toparon con lo que parecía ser una estructura de ladrillo cuidadosamente construida. Estaban el pasado 25 de julio en plena jornada de excavaciones cuando fueron sorprendidos por ese hallazgo. En las primeras de cambio pensaron que era un muro.

Las excavaciones en Astorga, España, se hacían de cara a la construcción de la ampliación de un supermercado, de un Mercadona, según ABC, pero un hecho fortuito cambió la historia.

Los trabajos quedaron en pausa… había que determinar qué era eso que la tierra ocultó hasta ese momento.

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Doble hallazgo

De forma fortuita, esos operarios de excavadoras detectaron lo que a la larga resultó ser una estructura funeraria, informan en ABC.

Con más detalles, en National Geographic indican que “los arqueólogos municipales constatarían que no se trataba de un simple muro: estaban desenterrando una cista funeraria romana, con muros de ladrillos colocados de canto y cubierta con tejas curvas (ímbrices), posiblemente abovedada por aproximación de hiladas”.

Se trataba, entonces, “de una superposición de tejas muy habitual en la arquitectura de la antigua Roma para cubrir los edificios”.

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Cista funeraria en arqueología es una estructura de piedra rectangular o poligonal, generalmente construida dentro de un agujero para albergar un entierro.

Eso quiero decir que lo descubierto en aquella excavación era un “una tumba romana”.

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Era un día de sorpresas: “la tumba romana albergaba un sarcófago de plomo de casi dos metros de largo”.

Ese sarcófago de plomo, precisan en ‘National’, mide 1,93 metros de largo y 40 centímetros de ancho.

El lugar o solar, donde hicieron este doble hallazgo, “no figura como zona de protección arqueológica en el Plan General de Ordenación Urbana del Ayuntamiento de Astorga”.

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Por ese motivo no hubo los sondeos arqueológicos previos que se realizan en la mayoría de las obras de este calibre”.

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Investigación

Señala National Geographic que este tipo de ataúdes, “eran utilizados entre los siglos I y IV d.C. y solían reservarse para individuos de alto estatus económico o social”.

Es revelador el uso del plomo. Piensan que “el difunto era una persona notable en la esociedad romana local”.

Enfatiza la publicación que esos ataúdes eran muy poco frecuentes en la Hispania romana.

Según ‘National’, se extrajeron sedimentos del interior del sarcófago y remitidos a investigadores del Museo Romano de Astorga, para continuar revelando los secretos de esta tumba.

Expertos consideran este hallazgo “como de muy alto valor patrimonial”.

María Ángeles Sevillano, arqueóloga, cree que “las evidencias parecen indicar que este enterramiento no es un caso aislado, sino que podría formar parte de una necrópolis romana desconocida y aún por delimitar”.

Qué pasó con la tumba... Esta quedó protegida mediante una estructura de madera cubierta con malla geotextil sobre la que se vertió una capa de arena para rematar la inhumación con zahorras (tipo de granzón, piedra triturada) naturales. (I)

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