La inteligencia artificial se expande a casi todas las áreas y ahora también ayuda a hacer vino de manera más eficiente. En España varias bodegas están usando tecnología de punta para mejorar desde la cosecha hasta la botella.

Según El Mundo, cinco vinos están marcando el camino: usan sensores, drones, algoritmos y hasta blockchain para lograr productos más sostenibles, precisos y únicos.

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En Galicia, España, Terras Gauda usa robots vendimiadores y drones para detectar enfermedades en las viñas. Su vino albariño O Rosal se beneficia de esta vigilancia digital que reduce tiempos y mejora la calidad.

Pradorey, en Ribera del Duero, va más allá: cada botella de su vino Élite tiene un chip NFC que, al escanearlo, revela toda su historia. Así, el consumidor sabe exactamente qué está bebiendo.

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Foto de Jill Wellington en Pexels

Algoritmos que afinan el sabor

KUBE, un vino de Rioja Alavesa, combina computación cuántica e IA para definir la “receta ideal” del vino. La startup AidTec Solutions recopila datos en tiempo real para decidir el mejor momento de cosecha.

Matarromera, por su parte, usa visión artificial para seleccionar uvas una por una. El resultado: vinos de autor como Pago de las Solanas, con 95 puntos Parker.

Aunque suene futurista, estas bodegas no han dejado atrás la tradición. Aiurri Landua, por ejemplo, busca proteger viñedos antiguos con ayuda de IA y biotecnología, sin perder el sabor del terroir.

El vino del futuro ya está aquí, y aunque lo hagan con algoritmos, sigue teniendo alma, solo que ahora, también tiene datos. (I)

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