A veces, por querer terminar algo o simplemente por no querer interrumpir lo que se está haciendo, muchas personas se aguantan las ganas de orinar. Pero, esta práctica puede acarrear consecuencias serias para la salud.
Reprimir esa necesidad fisiológica puede parecer algo inofensivo al principio, pero a largo plazo, los expertos advierten que puede ser bastante perjudicial.
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¿Qué pasa cuando se retiene por mucho tiempo la orina?
Tener el hábito de aguantar las ganas de orinar puede ser peligroso.
La vejiga es un órgano que funciona gracias a un elaborado proceso, explica el portal Femina, cuando se llena, el cerebro manda una señal de que es hora de vaciarla. Ignorar esa señal repetidamente puede llevar a problemas complicados, y eso es algo que no debería tomarse a la ligera.
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Uno de los mayores riesgos de aguantar las ganas de orinar es la posibilidad de desarrollar infecciones en el tracto urinario (ITU).
La orina que permanece en la vejiga se convierte en un terreno ideal para que las bacterias crezcan y se multipliquen.
Esto puede causar inflamación y, en casos más graves, afectar los riñones o causar una condición alarmante llamada urosepsis, que es básicamente un envenenamiento de la sangre.
El urólogo Jamin Brahmbhatt, citado por el portal ya mencionado, compartió su conocimiento sobre el tema y agrega que el aguantar la necesidad de orinar puede debilitar los músculos de la vejiga.
Si esto ocurre, vaciar la vejiga se transformará en una tarea problemática, lo que a su vez solo aumentará el riesgo de infecciones.
Aunque la mayoría de las personas sanas pueden soportar un poco de incomodidad de vez en cuando, hay grupos más vulnerables que deben tener especial cuidado. Esto incluye a personas mayores, mujeres embarazadas, aquellos con trastornos neurológicos y quienes padecen problemas renales.
(I)
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