La micción frecuente, sensación de debilidad, confusión, dolor abdominal, aumento de la sed o boca deshidratada son algunos de los síntomas que indican que una persona está sufriendo de un aumento de azúcar, es decir, sus niveles de glucosa son superiores a los 180 o 200 miligramos por decilitro de sangre (mm/dL).