La naturaleza jamás decepciona. Cada especie es un mundo en sí misma y puede mostrar comportamientos sorprendentes como es el caso del Playero Coleador (Actitis macularius), un ave que migra en épocas de invierno desde el norte del continente hasta Suramérica.
El Playero Coleador pasa al menos cinco meses del año en la tundra ártica, Canadá o en este de los Estados Unidos.
Publicidad
La hembra de esta especie puede relacionarse hasta con cuatro machos, algo poco frecuente en la naturaleza, y especialmente en las aves donde las hembras suelen ser más pequeñas, menos coloridas y más tímidas.
La hembra del Playero Coleador se da el lujo de tener varios machos durante la temporada de cría
El Playero Coleador (Actitis macularius) recorre largas distancias entre Norteamérica y Suramérica hacia donde se traslada para buscar alimentos y condiciones meteorológicas más favorables mientras pasan los meses más duros del invierno en el norte.
Publicidad
La especialista en aves, Rosaelena Albornoz pudo captar de modo fortuito este 26 de agosto una pareja de esta especie en un espacio natural en Caracas, la capital de Venezuela. Eso ocurrió mientras buscaba otra especie migratoria.
Una de las cosas que más llamó su atención es la diferencia de tamaño entre el macho y la hembra. En este caso las hembras son más grandes.
Albornoz destaca que la presencia de muchas aves migratorias ha ocurrido en fechas de las que no existían registros, lo que marca un comportamiento inusual que tocará estudiar en lo sucesivo.
Describe al Playero Coleador como “un pajarito que, aparte de menear el trasero sin parar (literal, ¡no dejan de balancearse!), tiene una vida amorosa... ¡de telenovela!“.
De esta manera Albornoz plasma de manera jocosa el comportamiento reproductivo de esta ave playera, cuya hembra practica la poliandria, vale decir, tiene varios machos a disposición en cada época de apareamiento.
“En pocas palabras, la Playera se da el lujo de tener varios galanes durante la temporada de cría, mientras que el macho... bueno, el macho se conforma con una sola dama”, describe.
“Y por si fuera poco, ¡las hembras son más grandes y corpulentas que los machos! (...) Así que ya saben, la próxima vez que vean un Playero Coleador, no solo se fijen en su meneo constante, ¡piensen en el drama amoroso que se esconde detrás de esas plumas!“. (I)