Aunque la apariencia inspire miedo o ansiedad, el pez catán es ‘víctima’ de una ‘mala reputación’. Muchos piensan que se extinguió, pero eso solo ha ocurrido en algunas localidades de Estados Unidos. La cría en espacios controlados (piscicultura) lo ha salvado del paso del tiempo.

El catán o alligator gar, como lo llaman los científicos, vive desde hace 157 millones de años.

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El alligator gar es un pez de agua dulce, tiene “dientes de serpiente” y parece un caimán.

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Es más largo que un banco de parque, describen en National Geographic, gracias a los 3 metros que mide.

Los llaman “gigantes de río” y pueden pesar hasta 90 kilos.

Detallan igualmente que “las escamas óseas que cubren su cuerpo lo hacen parecer un dinosaurio acorazado”.

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El catán es el segundo pez más grande de Norteamérica y existe desde finales del período Jurásico.

National Geographic

Estos peces “no son como los caimanes, los leones u otros animales que pueden arrancar trozos de presa. Tienen que tragarse su presa entera, por lo que son inofensivos para los humanos”, explica Solomon David, ecologista de peces de la Universidad Estatal Nicholls de Luisiana.

Cruzada a favor del catán

Señalan en National Geographic que el pez catán es considerado extinto en Ohio e Illinois, por ejemplo. Siendo más común en Texas y Luisiana.

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De igual manera resaltan que es una especie que se puede encontrar hasta en el sur de América Central.

Para frenar la caída en el número de peces de esta especie, expertos apuestan a la cría en espacios controlados, con técnicas de la piscicultura.

Analizando escenarios, David y sus colegas “demostraron que, en lugar de cortar la carne de los peces para recoger muestras, se pueden tomar pequeñas muestras de las aletas para obtener la misma información”.

Han podido conocer que “el corte de aletas es mucho más fácil para el gar” y no le causa tanto estrés.

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De esa manera, señala David junto a su equipo, les permite tomar muestras de organismos repetidamente. Y aclara: las aletas vuelven a crecer rápidamente”.

La mala reputación del catán

Lo que sucede con el catán es injusto. De acuerdo con lo expuesto por David a National Geographic, “estas especies de agua dulce mantienen controladas las poblaciones de presas cazando peces más pequeños, anfibios, reptiles, mamíferos y aves”.

El alligator gar es un depredador que “proporciona servicios ecosistémicos esenciales a sus hábitats”.

Esa misma capacidad que tiene ha jugado en su contra.

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Ser una especie de ‘cazador’ ha granjeado al catán “una mala reputación entre los pescadores y gestores estatales de la fauna salvaje, que han intentado incluso exterminarlos, pensando que eran competidores de los peces de caza”.

Además, los científicos advierten que “curiosamente, los huevos de los catanes no parecen ser letales para otros peces, solo para mamíferos, aves, reptiles, anfibios y, sobre todo para los crustáceos.

A las personas les piden: “no coman caviar de catán”.

Piensa David que el catán desarrolló el veneno específicamente para proteger sus huevos de cangrejos y cigalas (algunos los conocen como “langostinos de Noruega”.

Con información de National Geographic

(I)

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