La vida de Abby Riqueros se sostiene en tres pilares que han marcado cada una de sus decisiones: su familia, su disciplina y la voluntad que desarrolló desde niña. A sus 22 años, la nueva Reina de Guayaquil vive un momento intenso, pero su centro no cambió. Lo recuerda cada vez que piensa en su hermana Brisa, en su mamá, en su papá, en los ocho hermanos que conforman ese hogar lleno de voces, risas y complicidades que la acompañan.

Cada foto recoge rasgos que repite cuando habla de su familia, de sus amistades y de los cambios recientes en su rutina. Foto: Ronald cedeño

Abby creció en Pascuales, entre juegos en la calle, días de tingo tingo tango, rayuela y paradas en los cincuentazos del barrio. De esa etapa conserva imágenes que no se borran: la libertad de correr con los vecinos, la rutina de la casa llena y la sensación de pertenecer a un lugar que siempre la recibe igual: “Mi familia de parte de mamá es de Manabí, mis abuelos tienen una casa en Pascuales, vinieron por mejores oportunidades y allí yo me crie hasta los 5 años y para mí fue muy bonito, porque viví toda la experiencia y por eso también me gustaría en lo posible ayudar un poco a este lugar en donde tengo tan buenos recuerdos”, cuenta. Hoy vive en otro sector, pero su memoria vuelve a sus inicios.

Abby mantiene gustos muy propios: el verde en todas sus formas, la música romántica y las canciones que escucha con constancia. Foto: Ronald cedeño

En casa, su historia familiar tiene una fuerza especial. Su mamá tiene cinco hijos; su padrastro, cuatro. Todos juntos son nueve. Abby es la segunda. Entre ellos, Brisa ocupa un lugar central: es su hermana mayor, tiene síndrome de Down y es el motor que impulsa cada paso. “Es mi todo, mi proyecto, mi inspiración, por ella yo entiendo todo”, dice Abby en la entrevista.

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Desde pequeñas formaron un vínculo hecho de amor, paciencia y protección. Abby sabe cómo leerla, qué la calma, qué la entusiasma, y de ahí nació su proyecto social, 21 Razones, una iniciativa que busca oportunidades reales para personas con síndrome de Down, basada en sus capacidades y no en prejuicios. También la tomó como ejemplo al estudiar modelos internacionales de inclusión, como aquellos que pudo ver en Chile.

En la cámara surge su lado más expresivo, el mismo que descubrió cuando una tía la acercó al mundo de la actuación. Foto: Ronald cedeño

La ausencia de su padre es otra parte profunda de su vida. Él falleció cuando ella tenía 8 años. No habla de dolor sino de compañía: lo imagina cerca, como una presencia que la impulsó cuando sintió dudas, como una voz que le repetía que sí podía. Asimismo, su carácter se formó en ese entorno.

Abby se describe como extrovertida, trabajadora, sensible y, a veces, impaciente. Le cuesta quedarse quieta. Necesita moverse, cumplir metas, avanzar. Renunció a su trabajo para entrar al reinado y no detuvo sus estudios; le faltan pocos meses para terminar Administración de Empresas y ya planea cursar Comercio Exterior.

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Se define como “una esponja” que absorbe lo que le sirve y lo transforma: “Soy una mujer trabajadora. Me encantan los retos y cumplirlos de cualquier tipo”, admite.

Abby Riqueros durante su primera semana de actividades, en medio de una agenda que combina recorridos, entrevistas y organización de su proyecto social. Foto: Ronald cedeño

Más allá de la corona: Conociendo a Abby Riqueros

Una de las anécdotas más significativas de su etapa previa al reinado ocurrió en el centro comercial San Marino. Mientras compraba, el diseñador Fabrizio Célleri la vio, se acercó y le dijo que tenía presencia para desfilar. Ella no sabía quién era, así que le pidió su Instagram. Revisó su trabajo, aceptó la invitación y vivió su primer desfile profesional. Entre cambios de vestuario, maquillaje y correcorre de pasarela, descubrió un mundo que la entusiasmó.

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Abby combina carácter firme con humor ligero; suele describirse como extrovertida, directa y atenta a quienes la rodean. Foto: Ronald cedeño

La amistad también ocupa un espacio fundamental en su vida. Michelle es su confidente desde hace años, la persona a la que busca cuando necesita hablar con total honestidad. Se reconoce celosa, directa y protectora con sus cercanas. Ese círculo, indica, sostiene sus equilibrios.

En el amor prefiere ir con calma. Está soltera y centrada en su rol actual. Se describe como una mujer libre, intensa, amorosa y sensible. Sagitario, dice entre risas, pero sin convertirlo en caricatura. Le gustan las relaciones en las que no la limiten y donde pueda sentirse acompañada, no controlada.

En la sesión aflora su forma de ser: práctica, rápida para tomar decisiones y con una energía que mueve todo a su alrededor. Foto: Ronald cedeño

También tiene gustos muy concretos: ama bailar, el verde en todas sus formas culinarias, el encebollado con abundante cebolla y chifle, el maduro con queso, la Navidad y los regalos pensados con detalle.

También disfruta cantar y actuar; descubrió ese mundo gracias a una tía que estudió artes escénicas. Hoy, en su primera semana como reina, intenta ordenarse y cumplir. Es la joven que aprendió a amar a su ciudad y logró ser su reina, y ahora busca con trabajo duro servirle con pasión. (E)

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