Durante más de 20 años, Carlos Cabrera ha asistido de manera ferviente a la caminata del Divino Niño, que se celebra tradicionalmente cada 25 de diciembre. En su vivienda, ubicada en la calle Manabí entre Ambato y Riobamba, en Durán, revisaba una cartilla con oraciones. Esta celebración religiosa fue suspendida para evitar aglomeraciones ante la pandemia de COVID-19 que afecta al Ecuador desde marzo pasado.