Apilados unos junto a otros se encuentran los monigotes en las veredas de la calle 6 de Marzo. Ellos son los únicos que no portan mascarillas y que parecen ajenos a la pandemia de COVID-19, que hasta la fecha ha contagiado a más de 200 mil ecuatorianos.

Sin embargo, el virus no detiene la tradición. Los compradores siguen acudiendo a la calle, que por disposición de la Municipalidad de Guayaquil ya no es peatonal este año.

Ciudadanos detienen sus autos cuando ven un “año viejo” que los atrae, se bajan para realizar la compra con el artesano y, tras adquirirlo, varios los desinfectan antes de volver a subirse al vehículo.

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El pasado viernes, el vicealcalde Josué Sánchez pasó por la zona para constatar el cumplimiento de las medidas de bioseguridad dispuestas para prevenir la expansión de la COVID-19, entre las que se cuentan la obligatoriedad del uso de mascarilla en artesanos y clientes y la prohibición de venta a quienes no la usen, la toma de fotos con monigotes y la venta de muñecos de más de 2,5 metros de altura.

Por ello, integrantes del grupo Calle Tradicional 6 de Marzo, Artesanos Unidos, Vendedores de Años Viejos portan alcohol en spray y mascarillas quirúrgicas descartables en los bolsillos de sus mandiles azules, para quien lo necesite, sean artesanos o clientes.

“Hemos implementado como medidas de bioseguridad la toma de temperatura, el gel, el alcohol y las mascarillas, para darle a los clientes o, en el caso de un compañero, para que él cubra su nariz y boca, y así preservar su salud”, dijo Jacinto Fernández, miembro de la Asociación de Vendedores de Monigotes 6 de Marzo.

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De la misma manera, el expendio de pirotecnia y el comercio informal también están prohibidos en la zona. (I)