Guayaquil cuenta con organizaciones que desde el siglo XIX han contribuido para el desarrollo académico y profesional de los ciudadanos. Una de ellas es la Sociedad de Artesanos Amantes del Progreso.

Esta institución fue fundada el 11 de diciembre de 1878. El carpintero Andrés Miranda junto a otros 20 artesanos fueron los gestores de esta nueva organización. Enrique Palma, actual presidente de esta entidad, explicó que desde su creación la Sociedad tenía el fin de brindar educación a los hijos y allegados de artesanos.

Además se sumaron varios ciudadanos pudientes para financiar a esta organización.

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En reseñas del historiador Ángel Emilio Hidalgo se indica que cada socio aportaría con 4 reales cada semana, para mantener a esta nueva institución.

También se estableció una caja de ahorros y la creación de espacios académicos.

“En el siglo XIX, Guayaquil todavía era una ciudad que no tenía mayor cantidad de habitantes, entonces estaban allí también representantes de grupos sociales, de grupos académicos, eso fue una convergencia de la ciudadanía que terminó con la fundación de la institución”, manifestó Palma.

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Para 1880, la sociedad crea la escuela nocturna, que años después pasaría a denominarse Luis Vernaza, en honor a uno de sus antiguos presidentes.

Ese año también se aprobaron los estatutos de la sociedad. Según la reseña de Hidalgo, el texto establecía que el objetivo de la organización era de instruir a los socios en temas de artes y oficios, mejorar las industrias y crear recursos mediante sistemas de ahorro.

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Un año después se estableció la caja de ahorro con la participación de ciudadanos como Aurelio Noboa, Homero Morla, Adolfo Hidalgo, entre otros.

Palma explicó que, en esa época, varias instituciones guayaquileñas obtenían recursos económicos mediante loterías que organizaban.

No obstante, en 1894 la Municipalidad reorganizó la distribución de esta práctica. La Junta de Beneficencia había creado una nueva lotería y se dispuso que un porcentaje de estas ganancias vayan a diversas instituciones porteñas.

“Una vez que se retira la lotería por parte de las instituciones, a la vez ellas adquieren el derecho de recibir un aporte de la Junta de Beneficencia a través de su lotería”, manifestó Palma.

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Asimismo, la labor de esta sociedad iba creciendo por el valioso aporte de ciudadanos con poder económico, además de otras personalidades.

La sede original estaba ubicada en las calles Diez de Agosto y García Avilés, en el centro. En el año 2002, este inmueble fue donado al Municipio de Guayaquil, explicó Palma. Luego pasó a formar parte de las reliquias que reposan en el interior del Parque Histórico, situadas en Samborondón.

A inicios del siglo pasado la edificación sufrió daños por un incendio. Pero fue restaurada.

“Con el tiempo la sociedad va adquiriendo propiedades y haciendo otras escuelas artesanales”, refirió Palma.

Durante su historia, la Sociedad de Artesanos Amantes del Progreso ha regentado varias entidades educativas.

Además de la escuela nocturna Luis Vernaza, están la Mercedes Moreno Irigoyen, la escuela de mecánica Agustín A. Rendón, la joyería Arturo Sánchez Regalado y la biblioteca pública Augusto Alvarado Oleas.

Al igual que la Benemérita Sociedad Filantrópica del Guayas, la Sociedad de Artesanos Amantes del Progreso entrega medallas a jóvenes estudiantes que se han destacado durante el año lectivo, así como condecoraciones a personajes que han aportado a la ciudad.

Varias personalidades e instituciones que han sido homenajeados por esta sociedad son el doctor Amado Freire Potes, la Junta de Beneficencia, el Club de Leones, la Espol y otras.

El próximo viernes, la sociedad celebrará 142 años de vida institucional. Palma sostuvo que, debido a la pandemia de COVID-19, la sesión por este aniversario está prevista realizarse el próximo año.

Ese día se celebrará una reunión telemática con los miembros de esta organización.

Las ceremonias se desarrollaban, tradicionalmente, en la sede actual de la sociedad, en las calles Diez de Agosto y José Mascote. (I)