Sara Romero esperó unos 30 minutos durante la mañana soleada de ayer hasta que logró embarcarse en uno de los buses intercantonales que la llevaría a la playa. El transporte estaba lleno y solo subieron unos pocos. Detrás de ella, decenas de personas hacían fila para viajar hacia la costa, en la avenida Perimetral, a la altura de Los Ceibos, para disfrutar de unos días de descanso.