Un día como hoy, 1 de octubre, hace 200 años, comenzaba a planificarse la independencia guayaquileña ante el yugo español en la casa de José de Villamil, donde se reunieron varios personajes protagonistas de la gesta revolucionaria. El prócer José de Antepara denominó a esta reunión la Fragua de Vulcano.

Una de las estrategias decididas en la reunión fue la toma de cuarteles españoles, hecho registrado a las 23:00 del 8 de octubre de 1820, según el historiador Melvin Hoyos.

En los predios donde se ubicaron diversas escuadras y batallones españoles actualmente se imponen edificios, muchos de ellos patrimoniales y otros que pertenecen a entidades públicas y privadas.

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Entre las primeras acciones de los patriotas estuvo la detención del comandante de los Granaderos de Reserva, Benito García del Barrio, quien vivía en el predio donde hoy funciona la Biblioteca Municipal, en las calles 10 de Agosto entre Chile y Pedro Carbo.

El Batallón de las Milicias era un cuartel de la Policía guayaquileña, con cerca de 250 efectivos. “Ellos pliegan a favor de la independencia, en consecuencia ese cuartel nunca tuvo necesidad de ser tomado”, manifestó Hoyos.

Este inmueble estaba ubicado en el solar del edificio Crillón, en Pichincha y Clemente Ballén, que actualmente acoge oficinas del cabildo porteño.

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Otro cuartel tomado por los patriotas fue la Brigada de Artillería, que operaba en las actuales calles Clemente Ballén y Pedro Carbo, en el predio donde hoy se ubica un edificio de la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT).

“Eran los artilleros, eran todos los que manejaban cañones y armas de fuego, ahí sí eran 250 hombres contados los que estaban en ese cuartel, y también había un lugar donde se guardaban pólvora, balas, armas de fuego”, dijo Hoyos, director municipal de Cultura.

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En La Tahona, una fábrica de harina, se instaló la Escuadra de Caballería Daule. Foto: Archivo.

El batallón más numeroso acantonado en Guayaquil eran los Granaderos de Reserva.

“(Eran) setecientos hombres que llegaron desde el Perú en junio de 1820 para fortificar la ciudad y evitar que tanto (José de) San Martín como (Simón) Bolívar la pudiesen tomar”, dijo el investigador Hoyos.

Explicó que los bajos de la casa del cabildo fueron acondicionados para que fueran utilizados como un cuartel.

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Quinientos granaderos de reserva se establecieron en el sitio donde hoy funciona el Palacio Municipal, obra arquitectónica creada en el siglo XX.

“Como el lugar no alcanzó para alojar tal cantidad de hombres, el resto (200 soldados) se alojó en Malecón y 10 de Agosto, donde quedaba un edificio que se llamaba la Armería del Rey (hoy edificio Valra)”, puntualizó Hoyos.

El Escuadrón de Caballería Daule estaba acantonado en La Tahona, fábrica de harina de propiedad de Josefa Bejarano, madre de Vicente Rocafuerte.

“Ella ‘lo presta’ a las autoridades españolas para que ahí se aloje el escuadrón”, expresó el director municipal.

Dijo que en el sitio estaban acantonados 150 hombres. Este inmueble estaba ubicado en el terreno donde a mediados del siglo pasado operó el hotel Humboldt, en la intersección de las avenidas Malecón y Olmedo, diagonal al Club de la Unión.

Otros dos lugares que tenían que ser tomados la noche del 8 y madrugada del 9 de octubre eran el Fortín de la Planchada, que fue construido en 1647 para defender la ciudad del constante asedio de los piratas.

El Fortín de la Planchada fue uno de los sitios tomados por los patriotas durante la madrugada del 9 de Octubre de 1820. Foto: Archivo.

Este espacio une al malecón Simón Bolívar con el barrio Las Peñas y las escalinatas Diego Noboa. En el sitio reposan dos cañones en dirección al río.

Otro espacio en el que se concentraban españoles era el fuerte de San Carlos, que quedaba en el estero de Carrión.

“Este estero quedaba justo pasando por donde hoy está el Club de la Unión”, dijo Hoyos.

Una de las fortificaciones que tenían que ser tomadas era la Batería de las Cruces. “Era un sitio donde estaban cinco cañones custodiados por nueve soldados españoles”, señaló el historiador Hoyos.

Este espacio estaba ubicado en las antiguas instalaciones de la Empresa Eléctrica, en las actuales calles General Gómez y Argentina, en el sur. (I)