Entre marzo y abril pasado, Guayaquil vivió momentos dolorosos y que llenaron de angustia a sus ciudadanos. La pandemia de COVID-19 causó estragos, causando miles de fallecidos. A lo largo de la urbe se replicaban escenas de cuerpos sin vida en las calles, hospitales colapsados, cementerios abarrotados y familias que tenían durante varios días cadáveres por no poder ser enterrados.