Una pequeña le robó el protagonismo al papa Francisco al subirse al escenario donde el pontífice daba su tradicional audiencia de los miércoles, saltando y aplaudiendo para deleite de la multitud.

La niña, que llevaba una camiseta fucsia, se soltó de los brazos de su madre y llegó al gran escenario de mármol. El papa hizo señas a los agentes de seguridad para que no la detuvieran. “Déjala tranquila. Dios habla por medio de los niños. Déjala, déjala”, indicó el papa.

La menor volvió con su madre, quien trató de mantenerla quieta, pero se escapó de nuevo y regresó al escenario, atrayendo los aplausos de la multitud en la sala de audiencias del Vaticano.

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La niña brincaba de un lado a otro frente a Francisco, saltaba y ocasionalmente soltaba un fuerte aplauso.

“Todos hemos visto a esta niña tan guapa, es guapa porque es guapa. Esta pobre niña es víctima de una enfermedad y no sabe lo que está haciendo”, dijo Francisco al final de la audiencia, que duró más de una hora.

“Pregunto una cosa y todos deberían responder en su propio corazón. ¿Recé por ella cuando la vi? ¿Recé para que el Señor la sane y la proteja? ¿Recé por sus padres y su familia?”.

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“Cuando vemos a una persona que sufre, debemos rezar. Esta situación debería ayudarnos a hacer siempre esta pregunta”, agregó.

El año pasado, Francisco permitió que un niño argentino, de siete años, con autismo se paseara por el escenario sin ser molestado.

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El pequeño estaba sentado en las primeras filas de la sala del Aula Pablo VI, donde se encontraba el pontífice. (I)