Amakusa, un pequeño pueblo de pescadores que está en las montañas costeras de la prefectura de Kumamoto, en la isla de Kyushu, en Japón, guarda en sus tierras a la iglesia Sakitsu, un templo que los católicos custodian como un tesoro.

Esto lo cuenta el escritor Timothy Nerozzi, según el portal de Aciprensa, quien visitó el lugar recientemente.

A esto se suma que el lugar haya sido certificado como sitio oficial de la Unesco, la organización de las Naciones Unidas dedicada a la ciencia y la cultura, de entre una docena de lugares emblemáticos para la historia de la persecución cristiana en Nagasaki, Japón, según el sitio web.

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“La iglesia Sakitsu es el único sitio de los 12 que no está en Nagasaki, la capital del catolicismo en Japón. Sakitsu se encuentra en la prefectura de Kumamoto, y su inclusión fue una grata sorpresa para los residentes del pequeño pueblo pesquero que lo rodea”, dijo Nerozzi, según indica www.aciprensa.com.

El escritor cuenta que Sakitsu fue reconstruida en 1937 por un misionero francés asignado a la ciudad llamado Padre Halbout, quien decidió que la nueva casa de culto se construiría sobre la antigua residencia del jefe del pueblo, el oficial responsable de la apostasía forzada de los cristianos japoneses.

Su estilo es gótico. La fachada de la iglesia está hecha de piedra con la parte trasera cubierta de un revestimiento blanco liso. Sus ventanas son vidrieras, pero no tienen íconos de Jesús o santos en su diseño, sino cuadrados simples en una variedad de colores pastel, detalla el escritor, según el sitio web.

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En el artículo Nerozzi cuenta que al ver el templo por primera vez se dio cuenta de que era “una iglesia pequeña en comparación con las que uno puede encontrar en países modernos de mayoría cristiana”.

“Si bien puede ser simple, es agradable de contemplar, y su icónico campanario, coronado con un gran crucifijo, le da un toque de personalidad. La arquitectura occidental se destaca en medio del antiguo pueblo pesquero japonés, pero el interior de la iglesia es claramente japonés”, añadió.

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Nerozzi relata que los fieles que deseen ingresar al templo, deben quitarse los zapatos y caminar sobre el suelo de tatami tradicional que cubre el área destinada a la adoración. 

"Amakusa aprecia cada pieza de la iglesia Sakitsu, y la ciudad finalmente recibió el reconocimiento que merece de una comunidad global que está ansiosa por visitarla”, concluyó Nerozzi, según el portal. (I)