‘El sacrificio de un pueblo’. Así se encabezó el texto en el que EL UNIVERSO reconoció una lucha obrera legítima desviada hacia la muerte, un sacrificio del pueblo, anotó el editorial que apareció el 16 de noviembre de 1922 en la portada de este Diario junto a la reseña de ese fatídico 15 de noviembre que se conmemora hoy.

Hace 96 años Guayaquil vivió uno de sus capítulos más trágicos: la matanza de obreros. El Gobierno de entonces dijo que fueron 10 y el gremio contó 90. Un aumento salarial y la aplicación de la ley de la jornada de 8 horas (1916) eran parte de los reclamos. Se registraron desafueros de los huelguistas, el desvío de su lucha y los enfrentamientos con la autoridad. “El pueblo ha sido sacrificado pues en aras innominadas ambiciones”, escribió. 

Matanza obrera no quedó en el olvido

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El 15 de noviembre de 1922, Guayaquil vivió uno de sus capítulos más trágicos: la matanza de obreros, que incluso dio origen a la obra literaria reconocida mundialmente Las cruces sobre el agua.

Ese hecho, 96 años después, sigue concitando el interés y la recordación de los ecuatorianos. Es considerado el bautismo de sangre de la clase obrera ecuatoriana y tuvo su génesis en octubre de ese año cuando los trabajadores ferroviarios iniciaron una huelga en las instalaciones de Durán, demandando mejores condiciones de trabajo, al igual que mejores salarios.

Esta lucha fue tomada por sectores sindicalizados de Guayaquil. Los obreros de la empresa Luz y Fuerza Eléctrica, los transportistas de Carros Urbanos, obreros del astillero y otros plegaron a la huelga el 7 de noviembre. Entre las exigencias estaban el aumento de los salarios, la aplicación de la ley de la jornada de 8 horas (1916) y el aviso en caso de despido con 30 días de anticipación.

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El 13 de noviembre, la huelga se convirtió en general y se paralizó totalmente la ciudad; hubo cortes de luz y no circularon los periódicos. Los acontecimientos se precipitaron hasta llegar a una represión el día 15, con un saldo trágico no aclarado hasta hoy. 

Organizadores de la huelga

  • Confederación Obrera del Guayas (de tendencia liberal)
  • Federación Regional de Trabajadores del Ecuador (de tendencia de izquierda anarquista)
  • Liga de mujeres Rosa Luxemburgo (de tendencia socialista)

Frases del día anterior a la matanza

(Del telegrama que le envió el presidente Tamayo la noche del 14 de noviembre de 1922 al jefe de la Zona Militar de Guayaquil General Enrique Barriga Larrea)

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Espero que mañana a las seis de la tarde me informará que ha vuelto la tranquilidad a Guayaquil, cueste lo que cueste, para lo cual queda Ud. autorizado.   José Luis Tamayo Terán, presidente de Ecuador

Muertos

Este Diario publicó el día 16 de noviembre de 1922 una lista de 14 muertos, detallando circunstancias y más datos. Lo mismo hizo con parte de los heridos.

Así, se recoge en la prensa que tropas del regimiento Sucre #3 impiden la llegada de curiosos y de familiares a las puertas del Cementerio General que iban a identificar los cadáveres que habían sido enterrados en una fosa común. Unidades del Ejército retiran cadáveres de los almacenes Cassinelli y Cia, en el centro de la ciudad. Los cuerpos fueron arrojados al río por el muro del Malecón y calle Mejía. Esto fue denunciado por Diario El Universo en su edición del 18 de noviembre, en la página 3.

Estas son las víctimas que se cita se registraron en la clínica Guayaquil, en la Maternidad y otros centros:

Baltazar Balladares. Tiene una herida en la región epigástrica, perforando el peritoneo y el intestino saliendo por la región lumbar. Falleció a las cinco y cuarto.

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Obrero no identificado. Falleció en los primeros instantes, en momentos que se le practicaba la operación . Presentaba una herida horrible en la región de la rodilla, pasando por el muslo hasta la región inguinal.

Julio Miño, sastre quiteño herido en la región precordial. Murió casi enseguida. Cayó en la avenida 9 de Octubre, en las inmediaciones de la Plaza Rocafuerte

Alfredo Baldeón, Segundo Tobar, Rodolfo Hurtado, Fortunato Villalba, Francisco Lascátegui. De ellos se dice que murieron en la maternidad

Angela Meza. Muerta en el paseo Montalvo por una bala que le penetró en el vientre por el costado derecho. Vivía en Juan Pío Montúfar y 10 de Agosto, tenía un puesto de venta de leche.

Aurelio Pazmiño. Murió en la avenida Olmedo y Chimborazo. Balazo en el pecho saliendo el proyectil por uno de los pulmones, tiene demostraciones evidentes de haber sido masacrado, pues tiene la cabeza y rostro desfigurados y lívidos.

Mercedes de Silva. Calles Sucre y Morro, muerta en el interior de su casa en circunstancias que hablaba por télefono. El proyectil la penetró por el maxilar inferior saliendo por la región cervical.

Jacinto Barrera. Repartidor de chocolatines, empleado del señor Julio Crespo, muerto por un balazo en la boca, en Bolívar y Chanduy.

Leopoldo Galarza. Oriundo de Latacunga, balazo en el corazón, Chile y Avenida Olmedo.

Eugenio Naranjo. Soltero, pintor; vive en Chimborazo N° 2201, herida en la región lumbar, saliéndole el proyectil por la ingle. Fue asistido de primera curación por el Dr. Alcívar, único sostén de su anciana madre Fidelia Naranjo. (I)