La diligencia de reconstrucción de los hechos en torno al linchamiento de dos hombres y una mujer en la parroquia Posorja fue aprovechada ayer por familiares de detenidos para proclamar la supuesta inocencia de sus parientes.

Mónica Negrete, esposa del apresado Douglas Q., clamó por la libertad de su conviviente, del cual dijo se dedica a cargar pesca y que el día de los acontecimientos violentos “estuvo paradito” sin presuntamente tener participación en la criminal golpiza contra los tres individuos señalados por el populacho como robaniños.

La reconstrucción de los hechos fue suspendida por el fiscal Francisco Freire a las 11:00, luego de que dos defensores públicos no llegaran a la diligencia programada para las 10:00.

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Los posorjeños lamentaron que de ese modo se dilatara el esclarecimiento de los hechos y se prolongara la excarcelación de, señalaron, inocentes. “Pedimos a la Policía que investigue bien, que vea bien los videos, que vea que mi esposo es inocente, que solo estuvo parado”, prosiguió Mónica Negrete.

“Mi hijo no es criminal, él está enseñado de chiquito a ganarse el pan trabajando, él estaba al lado mío”, argumentó Angélica Banchón, respecto a su hijo, José B., de quien dijo era el sostén familiar. Lamentó no tener dinero para sacarlo del encierro.

La tarde del 26 de octubre pasado, una turba de 2.500 personas doblegó la resistencia de 26 policías y sacó del retén a los dos hombres y una mujer que según uniformados habían timado a otras dos mujeres arrebatándoles dos teléfonos móviles y $ 230, cuando estas iban a casa junto a sus niños luego de retirarlos de la escuela.

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Cuatro horas duró la resistencia policial. Los gendarmes habían soportado una lluvia de piedras y bombas molotov, pero luego debieron desplegarse cuando les lanzaron gasolina.

Pasadas las 17:00, se produjo el linchamiento. Antes, la turba quemó el taxi en el que se movilizaban los individuos, había saqueado el retén y provocado las llamas que consumieron cinco motocicletas.

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Los actores del triple crimen huyeron en la noche, remarcaron posorjeños afectados por las capturas de sus parientes, cuyas aprehensiones se ejecutaron un día después de los acontecimientos, antes de que autoridades de Gobierno dieran cuenta de ocho detenidos.

La general Tannya Varela, comandante de Policía de la Zona 8, señaló que el número de detenidos ascendió a diez y que estaban giradas además otras boletas.

El fiscal Freire tiene previsto anunciar nueva fecha para la reconstrucción de los hechos en torno al linchamiento que dejó a Posorja con menos pobladores. “Está muerto el comercio, la gente tiene miedo de salir por esto de que los podrían capturar”, señaló Wiliam Alejandro, dueño de una despensa en la parroquia ubicada a 110 kilómetros de Guayaquil y a 20 del cantón Playas. (I)

Estamos a la deriva (por la suspensión de la diligencia), yo no tengo dinero para ir a visitarlo, ya llevo más de 22 días sin contacto con mi hijo, que no tuvo que ver (con los hechos)”.Angélica Banchón,mamá del detenido José Gregorio B.  (I)

 

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