El boom del cacao había dejado sus huellas en el Guayaquil de los años 20, con edificios, servicios y otras obras que habían permitido modernizar su infraestructura. La pintoresca ciudad puerto, que se movía al ritmo de las agroexportaciones, había atraído a una importante colonia de migrantes extranjeros.

En septiembre de 1921, Diario EL UNIVERSO salió a la luz en esta ciudad, que para entonces tenía cinco parroquias: Ayacucho, Olmedo, Bolívar, Rocafuerte y Carbo. Era una urbe que albergaba unos 19 edificios fiscales, 18 inmuebles municipales y unos siete bancos o entidades crediticias.

Grandes letreros de comercios y bancos se ubicaban en las casas de dos y tres plantas ubicadas a lo largo de la av. 9 de Octubre, que para entonces ya tenía la columna de los Próceres como uno de sus íconos.

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Si bien las exportaciones de cacao seguían generando divisas, ese boom de años pasados parecía venir a menos por la presencia de enfermedades como monilla, que derivó en el inicio de una crisis. Tan importante era ese mercado, que los diarios de la época, incluido EL UNIVERSO, publicaban cómo evolucionaba el mercado de los precios y la demanda en el exterior.

Esos años del olor y el trajín que dejaba el cacao cerca al malecón, el actual Municipio trata de recuperar a través de un museo que se construye en la calle Panamá.

El Guayaquil de los años 20 también generaba novedades en la aviación. Por esos años se había hecho el primer vuelo en la ruta Guayaquil-Cuenca, que fue todo un suceso. Después comenzaron más exhibiciones. En septiembre de 1921, se registró un accidente con una avioneta en el campo El Cóndor, en un vuelo de exhibición en homenaje a las fiestas de Chile. Aunque el piloto y el acompañante salieron ilesos, el incidente acaparó los titulares.

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Los guayaquileños tenían espacios de recreación como el American Park, ubicado junto al estero Salado, y el Jockey Club, que era un campo de carrera de caballos ubicado en el sur y que en sus inicios sirvió como pista de aviación. Los sábados se anunciaba la programación en los diarios.

Los vehículos apenas estaban ingresando. Eran pocos registrados y ya se hablaba de la necesidad de fijar reglas para la circulación.

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Con el paso de los meses, la desazón por la crisis cacaotera se fue profundizando, especialmente por los reclamos de la clase obrera. En septiembre de 1921, diarios guayaquileños registraron que trabajadores del Ferrocarril amenazaron con ir a una huelga, para pedir un incremento en sus salarios. Meses después, el 15 de noviembre de 1922, Guayaquil vivió manifestaciones que terminaron con muertes. (I)