Son los protagonistas de la obra los que, con movimientos rápidos, pero no bruscos, van armando la escenografía con unas pizarras y cubos que arman y desarman en cada escena de El cíclope y otras rarezas de amor, que se estrenó el martes pasado en el Teatro Sánchez Aguilar. Fue la primera vez que el teatro usó su tercera sala, que es el escenario provisto de sillas y gradas para darle más cercanía al público con la obra.

Esa original puesta en escena, a modo de rayuela, desde el inicio llama la atención del público. Ignasi Vidal, autor y director de la obra, indica que la escenografía es de Curt Allen Wilmer (Apee), en colaboración con Leticia Gañan (Estudiodedos), que se usó cuando la obra se estrenó en Madrid, y se la trajo a Guayaquil con los permisos de sus creadores.

Inspirada en Rayuela, de Julio Cortázar, El cíclope...muestra la historia de cinco personas con las que el público se puede sentir identificado por sus crisis de amor, de decisiones equivocadas, vacíos existencialesy cuestionamientos por la edad por las que todos pasamos en algún momento.

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Pedro (Benjamín Cortés), casado con Marta (Alejandra Paredes), con la que comparte una hija, se cita en un bar con Amanda (Roberta Pasquinucci), una antigua pareja, para constatar que ambos se siguen amando. Paz (Verónica Pinzón), empleada de una inmobiliaria donde también trabaja Marta, enseña un piso a Sergio (Jaime Tamariz), médico separado que busca un lugar donde abrir nueva consulta, y en seguida una irrefrenable atracción mutua se instala en sus corazones.

Pero finalmente, como suele suceder en la realidad, porque el amor no es un cuento de hadas, Amanda debe renunciar nuevamente a Pedro porque este no tiene la fuerza para dejar a Martha, su esposa que lo ama y a la hija de ambos; mientras Sergio, que cree estar volviendo a la vida cuando la jovencita Paz le declara que es el amor que siempre soñó y que por fin encontró, sufre un shock al enterarse de que el novio de Paz la mató cuando le contó que había encontrado el amor en otro hombre.

El cíclope y otras rarezas de amor es una obra de vidas cruzadas en la que los personajes tienen que volver a aprender a amar, en la que el amor con toda su fuerza irrumpe en sus vidas sin avisar y quedan interrogantes que mueven el piso y llevan al público a ahondar en sus sentimientos más profundos: ¿qué habría ocurrido si hubiera tomado la decisión que me dictaba el corazón en lugar de hacer lo que se esperaba de mí?, ¿qué esperamos del amor?, ¿qué esperamos de los otros?, ¿qué esperamos de la vida?

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“Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio”, dicen al unísono los actores al inicio con un lenguaje muy cuidado y casi poético, a lo largo de los 71 minutos que dura la obra con ciertos momentos de humor.

La obra está en cartelera desde el 9 hasta el 27 de mayo, de miércoles a domingo.(E)